La idea no era arrancar este artículo con esto. No pensaba que daría tanto que hablar, sabiendo que Bray Wyatt estaba detrás de ‘White Rabbit’ y que se presentaría de nuevo ante las masas en Extreme Rules. Era lo evidente. Lo que nadie suponía es que trajese un nuevo personaje, un tercer ente para crear una trinidad en su carrera. Primero fue el sectario devorador de mundos, después el diablo camuflado entre los niños y ahora ¿el líder de masas?
Diferente al Bray Wyatt del bayou, con una máscara como la de la película ‘Black Phone’ y una toma de la señal de televisión que recuerda al Incidente Max Headroom –más por la forma que por el fondo–, se apoderó de los últimos minutos de show en el Wells Fargo Center. «Who killed the world? You did, my dear. We did» (¿Quién mató al mundo? Fuiste tú, querida. Fuimos nosotros). ¿A quién se refiere? ¿A nosotros? ¿A Alexa Bliss? Sea lo que sea, tendrá tiempo suficiente para explicarse el nuevo bombón de Triple H en esta caja de sorpresas que han sido los últimos meses. Tal vez la etapa de The Fiend esté terminada, continuando en forma de mensajes crípticos, QRs y misterios dignos de cualquier amante de los rompecabezas sus apariciones más inquietantes.
Con él las incorporaciones –o los rescates– deberían acabar, a la espera de lo que suceda con los casos de tanteo realizados a exsuperestrellas de WWE bajo contrato de AEW, como Aleister Black, Buddy Matthews o Andrade El Ídolo. De momento, todo apunta a que seguirán siendo hombres de Tony Khan. Si recalan más adelante, ya el próximo año, mejor.
Asimismo, Bray Wyatt necesita tener un mejor tratamiento que en las dos ultimas ocasiones, rebajando su personaje para no defenestrarlo en cada rivalidad iniciada (primer error) ni endiosarlo como al malo de una película de terror (error con el segundo). Que de aquellos destellos se haya aprendido a manejar a un hombre que se ha ganado su posición, ser dueño de su propio destino (su gimmick). A fuego lento, reposado, sin sobreexplotar su figura ni mercantilizar todas sus apariciones, como sí hizo Vince McMahon. Con Triple H a cargo de la dirección creativa y con Rob Fee como ayudante en este proceso de resurgir a la tercera uno de los personajes más atractivos de WWE, hay esperanzas en lo que pueda suceder. El director, productor y guionista se encargará de supervisar las historias a largo y medio plazo para que mantengan una cohesión con lo que suceda en los semanales, similar al proceso de creación de los episodios de una serie de televisión. Además, suyos son los códigos QR y el trayecto marcado hasta la madriguera que ha sido Extreme Rules, como si nosotros fuéramos Alicia camino al País de las Maravillas.
En definitiva, una bocanada de aire tras tantos años de deriva creativa y una promesa a la que aferrarse para muchos que dejaron atrás el producto por el maltrato a Bray Wyatt –y otros tantos y tantos personajes interesantes–. Si logran encontrar el equilibrio entre las exigencias de WWE y la dirección que quiera llevar el propio Wyatt, el éxito está asegurado.
No todo fue Bray Wyatt
Eclipsar todo un PLE es complicado, pero Bray Wyatt lo logró. Nada estuvo a la altura de su regreso en Extreme Rules. El opener con Imperium y Brawling Brutes –el mejor enfrentamiento de la noche–, el Fight Pit ganado por Matt Riddle frente a Seth Rollins y el I Quit Match entre Finn Bálor y Edge dejaron unos combates a la altura de las expectativas, mientras que el Strap Match de Karrion Kross y Drew McIntyre y, sobre todo, el Liv Morgan vs Ronda Rousey quedaron muy por debajo del tono marcado por las facciones de Sheamus y Gunther. En medio de estos cinco, el Ladder Match entre Bianca Belair y Bayley, correcto para lo que se planteaba y aperitivo de cara al plato principal que será en Survivor Series WarGames.
Una mejora notable respecto al año pasado, con estipulaciones extremas –que para algo se llama así– y rivalidades que requerían de un extra en sus combates. Sin embargo, se siente un evento especial de calidad luchística más baja que Clash at the Castle, pero en la misma onda en importancia. Un caso de ‘gran cartelera, luchas decentes’. Será la sensación de caída hasta el regreso de Bray Wyatt…