Charlotte Flair reconoció que las críticas sobre su apariencia han sido más duras que sobre su desempeño, y que esto moldeó la personalidad intocable de “The Queen”.
En Off The Vine con Kaitlyn Bristowe, Charlotte Flair habló sobre la dificultad de separar a Ashley Fliehr, la mujer real, del personaje dominante que ha interpretado por una década en WWE. La luchadora explicó que gran parte de la percepción pública hacia Charlotte se ha centrado en su apariencia física, algo que se intensificó con el paso de los años, y que muchas veces eclipsa su trabajo en el ring. “¿Qué tiene que ver mi cuerpo con mi cuerpo de trabajo? Me han visto crecer de los 28 a los 39 años”, cuestionó.
La 14 veces campeona mundial señaló que a los hombres de la industria no se les exige lo mismo y que, tras años de comentarios negativos, decidió blindarse emocionalmente. “Tomé todos los ‘es la hija de Ric Flair’, ‘no es lo suficientemente buena’, ‘parece su papá con peluca’, y creé esta coraza de mujer”. Ese escudo, sin embargo, también provocó que su personaje se volviera menos cercano al público: “Porque hice a Charlotte tan intocable, creo que se volvió inrelatable”.
Flair aseguró que ahora trabaja para reconciliar ambas facetas de su vida, aceptando su vulnerabilidad sin dejar de lado la fuerza que la caracteriza. Su sinceridad sobre el body shaming, el envejecimiento y la presión mediática refleja una lucha interna tan intensa como cualquiera que haya librado en el cuadrilátero.
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