Pequeño repaso a la situación financiera actual de WWE.
El pasado 23 de abril, WWE emitió sus resultados financieros para el primer trimestre del año 2020. Entre el cúmulo de cosas interesantes que nos dejó este informe, que fue presentado por el CEO de la compañía, Vincent Kennedy McMahon, y por el director financiero, Frank Riddick, acompañados eventualmente por Paul Levesque, vicepresidente de Estrategia y Desarrollo de Talento Global.
Básicamente hubo dos o tres puntos que me impactaron fuertemente y que quería desarrollar de forma breve en estas líneas.
WWE Network pierde fuelle
Si te quedas solamente en los highlights de ese informe, leerás que WWE Network ha mejorado sus datos, aumentando en cifra de suscriptores hasta el mayor número de su historia. Pensarás que eso implicará más dinero, pero lo cierto es que no es así. Ese aumento enorme de suscriptores se debe a afiliados que utilizan su mes de prueba gratuito, o que se han registrado durante el periodo de dos semanas gratuitas que ofreció la compañía antes de Wrestlemania. Una afirmación que no significa nada.
Entonces, ¿Qué está pasando con la network? Fácil. Los suscriptores de pago cada vez son menos y por tanto, los ingresos en este apartado son menores que el año pasado a estas alturas. Sabiendo esto, y conociendo que WWE ya tenía en mente ofrecer sus PPV’s a otras plataformas de contenido en streaming (ESPN+, Disney+, FOX Sports…), parece claro que si la tendencia continúa finalmente se dará el paso antes o después, con el perjuicio que eso nos va a suponer a nosotros como aficionados, que tendremos que pagar más por menos contenido de WWE.
Unos ingresos muy superiores a los del año pasado
Evidentemente WWE es una empresa y como tal, tiene que cuidar su aspecto financiero, eso es innegable. Pero como empresa en un mundo globalizado como en el que vivimos, sus acciones para con la sociedad, son sin duda, imprescindibles. Y creo que despedir a casi un centenar de empleados (40 nombres conocidos, más los empleados despedidos que trabajaban en las oficinas centrales de WWE en Connecticut) en plena pandemia y en mitad de un panorama desolador para los próximos 5 o 6 meses, rompe totalmente con el paradigma de lo que debería ser una empresa multinacional, como lo es WWE, hoy en día.
La indefensión que han sufrido estos empleados es gigantesca. Han perdido su trabajo en el peor momento posible, pero su problema realmente no ha tenido la repercusión mediática que merecía. WWE ya dejaba mucho que desear en cuanto al tratamiento de sus luchadores: recordemos que al ser contratistas independientes (o autónomos) no cuentan con seguro médico, por ejemplo, entre otras de las muchas ventajas que sí tiene un empleado corriente de otras compañías multimillonarias como esta.
Futuro incierto
A pesar de que WWE ha logrado amasar un gran beneficio en este primer trimestre, lo cierto es que el segundo cuarto de año se presenta como una absoluta incógnita. Frank Riddick aseguró que con los ajustes financieros que había hecho la compañía en materia de gasto, el segundo trimestre sería rentable, pero a pesar de estas palabras la empresa ha evitado publicar sus estimaciones sobre los próximos tres meses y sobre el total del año 2020. Este hecho choca frontalmente con esas palabras, lo que me hace pensar que realmente son palabras vacías que han servido para tranquilizar a los inversores, pero que realmente no están realmente contrastadas. Por tanto, entramos en un momento incierto para WWE y casi que aún más para el wrestling mundial, porque si esta crisis sanitaria está afectando de forma tan drástica a una compañía como WWE, no me quiero imaginar por qué circunstancias pasarán en la escena independiente.
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