Cinco estrellas y media según la valoración de Dave Meltzer, ahí es nada. Aunque el criterio del reputado periodista se presenta quebrado por superar su propia escala, un enfrentamiento con dos titanes de la talla de Utami Hayashishita y Syuri bien merece su reconocimiento. Porque una de las labores de estas puntuaciones es mostrar al mundo gemas desconocidas, y esta lo es. Una nueva demostración al aficionado occidental de que las mejores gladiadoras se encuentran en Japón. Ambas se enfrentaron por el Campeonato World Of Stardom en Stardom Tokyo Dream Cinderella Special Edition del 12 de junio de 2021.
Utami Hayashishita (Kagoshima, 1998), de la facción Queen’s Quest, abandonó en febrero del año pasado el Campeonato Future Of Stardom para conseguir nueve meses después su ansiada presea. Si su cinturón anterior la acreditaba como una gran promesa, el reinado de algo más de un año y la victoria sobre Mayu Iwatani por el mayor premio la catalogaba como la principal estrella y una digna cara de la empresa creada por Rossy Ogawa. La apuesta por la joven de 23 años ha resultado en un éxito rotundo y afronta su primer reinado con la friolera de 406 días, habiendo vencido a grandes competidoras como Momo Watanabe o Bea Priestley (ahora Blair Davenport en NXT UK).
Syuri (Kanagawa, 1989), de la facción Donna del Mondo, en cambio, de promesa tiene poco. 32 años, 13 como luchadora profesional y en su currículum cuenta con una victoria en UFC y fue campeona de Pancrase, del que Minoru Suzuki es cofundador, con gran maestría en diferentes artes marciales, de ahí su apodo ‘Karate Girl’. No obstante, dentro de Stardom solo ha conseguido a título individual el Campeonato Mundial de SWA –que todavía posee– y el 5★Star GP de esta edición, su G1 Climax propio. Esto no ha sido impedimento para tener uno de los mayores récords de victorias en lo que va de año, y para certificarlo quiere vestir el Campeonato World of Stardom.
Por ser la mejor y por demostrar a su madre, que falleció el año pasado a los 58 años, que está capacitada para el estrellato. Syuri no quiere ser menospreciada como en etapas anteriores de su vida, por lo que la única forma de perseverar y poner valor al sacrificio realizado es con el Campeonato World of Stardom en su cintura. Y esta lucha no se trata del primer encuentro entre ambas: ya se midieron en dos ocasiones anteriores, una en empate tras veinte minutos y otra con victoria de Syuri en la segunda ronda del Cinderella Tournament 2021.
En el evento principal de Stardom Tokyo Dream Cinderella Special Edition estaba todo en juego. Un combate que Utami Hayashishita tenía en contra, desde los motivos hasta la propia estrategia, pues admitió no saber cómo parar a la veterana de la prefectura de Kanagawa. Treinta minutos y una caída para dar con la tecla, encontrar la vulnerabilidad y aguantar las embestidas. Media hora para poder decir «Mamá, lo conseguí. Soy digna».
El combate, parte I
Determinación en el rostro de ambas luchadoras. Pirotecnia, luces y láser para presentarlas en un ambiente que conoce la importancia de esta cruzada. La gran estrella, de rojo y negro; la contendiente, de rojo y azul. En la foto con Rossy Ogawa Utami Hayashishita se luce con una pose, que desentona con el plan desarrollado: ninguno, solo aguantar. En cambio, Syuri permanece estoica, seria, centrada en la acción próxima. Suena la campana.
Aunque el primer forcejeo se lo lleva la Campeona World Of Stardom, la veterana es quien marca el ritmo en los siguiente minutos. Un ritmo pausado, donde va probando a su contrincante. Se toma su tiempo, pero sin dejar espacios. Ninguna de las dos permite que la velocidad suba. Se respetan como si fuera una exhibición, pero tras algunas pausas chocan frente con frente y comienzan las hostilidades. Salida al fango, a tierra de nadie, provocado por Syuri, que lo acaba pagando caro por el contraataque de Utami Hayashishita, clavando la rodilla izquierda de su rival en el apron.
Al regreso al ring continúa el tratamiento a la pierna izquierda, que se vuelve la vulnerabilidad de la retadora. Syuri responde, da la vuelta a la situación y comienza el castigo con duras patadas. Todas con la derecha, incapaces de resolver el enfrentamiento por tener un apoyo débil, la profesional de las MMA no consigue trasladar toda la fuerza que impregna en el empeine.
Entran en la segunda mitad. Pum, pum, pum, pum, pum… martillea el pecho de Utami Hayashishita produciendo un sonido que retumba en todo el Ota City General Gymnasium. Remata la serie con uno directo a la sien; otro a la cara fuerza que la de Kagoshima salga del cuadrilátero. Pero la contendiente quiere lo que es suyo. La fuerza a que regrese al ring solo para proseguir con la dominación.
Un German Suplex hacia el esquinero parece que cambia las tornas, pero no es suficiente. La de Queen’s Quest recula otra vez y se baja del encordado; se duele del abdomen. Y se abre el espacio: Syuri comete un error, cae de espaldas y ambas respiran tendidas en el suelo. Tras un intercambio de golpes en el apron, Hayashishita saca un Air Raid Crash que lastima la espalda de la de Donna del Mondo. Con la energía de reserva, la más versada contraataca con un DDT que derriba a ambas luchadoras cerca de la rampa de entrada.
Syuri se apoya en el apron y Hayashishita aprovecha la posición para cogerla desde atrás, dar un giro de 180 grados y lanzarla para que su cabeza contacte con la zona más dura del ring. La retadora se queda grogui, lo que permite a su rival asegurarse una victoria por conteo fuera. Consigue, en el último segundo, rodar hacia el cuadrilátero.
Últimos cinco minutos. Utami Hayashishita tiene la ventaja: Dropkick, Suplex. Cuenta de dos. Intenta una Powerbomb que Syuri revierte en el segundo DDT de la noche. El tiempo apremia y la contendiente logra el Cross Armbreaker. Y la campeona tiene un Sleeper en medio del tapiz. Y comienzan los tortazos. Dos minutos. Hayashishita desfallece, la ‘Karate Girl’ corre hacia las cuerdas pero es detenida con un tortazo. Utami se crece, grita, levanta a la ex de UFC y aplica el segundo Air Raid Crash.
A escasos segundos del final. La rojiazul busca la cuenta tras varios giros. Lariat de la rojinegra. Rodillazo en salto del rival. Syuri las tiene todas, Hayashishita está KO. Sigue con codazos. La campeona la aparta y… suena la campana. Empate. Ambas jadean mientras se agreden, inconscientes de que el combate ha terminado. El árbitro media y las separa. Resultado agridulce tras treinta minutos donde ninguna de las dos está contenta. La retadora toma el micro:
– ¡Utami Hayashishita! Aún puedo continuar. Quiero seguir. ¡Todavía estoy viva! Utami, ¿crees que puedes continuar? Si esto acaba así, ¿cómo vas a aguantar en un mundo como este?
– ¡Yo también sigo viva! Estoy dispuesta a concederte otra ronda.
Chocan frentes de nuevo. El público se anima. Aunque esta situación irresuelta frustre a ambas, es patente el esfuerzo. Están débiles, caminan con los hombros bajos. Pero deben continuar para hacer saber a la contraria que son mejores. La decisión se comunica: la acción se reanuda.
El combate, parte II
El fuego interior vuelve a avivarse, la adrenalina rezuma. Colisión en el centro del ring, intercambian codazos. Quien cae esta vez es Syuri, que retoma la igualdad a base de rodillazos. La estampa en el esquinero. De nada sirve: tercer DDT, combinación de patadas, Armbar de la contendiente. Sleeper de la de Kagoshima. Stunner. German Suplex. Popurrí de tortazos. Otra vez la Campeona SWA con una breve ventaja. Mercadean una serie de golpes a un ritmo mucho más alto que en la parte que acabó en empate. Codebreaker que hace que Hayashishita caiga encima de ella para una cuenta de dos.
Syuri mantiene la ventaja y encaja una Powerbomb con los brazos de su oponente sobre el hombro contrario, dañando más si cabe la espalda de su adversaria. Hayashishita se zafa con una Dropkick, sube a la tercera cuerda pero es perseguida. Double Wrist Lock Suplex y la experta marcial mantiene el agarre. La situación más decisiva de toda la reanudación se corta con el pie en la cuerda.
Ambas toman aliento y vuelven a por más. German Suplex y Torture Rack Bomb de Hayashishita. Syuri responde con un Armbar parado por rope break y un posterior Running Knee. La igualdad es máxima, no parece haber una clara vencedora, hasta que la retadora alza a la joven de Queen’s Quest sobre sus hombros y hunde su cabeza contra la lona. Cuenta de dos. La Donna del Mondo se prepara para agredir con una severa patada, pero mientras cae en la Powerbomb ve cómo todo su momentum se esfuma. Su contrincante se hace grande con el ánimo de los asistentes. Grita y revienta a su rival con su BT Bomb, golpe maestro. La cuenta, sin embargo, se detiene por rope break.
La campeona no se lo cree. Patea el suelo, no sabe qué más hacer. Syuri se resiste golpe tras golpe, cuenta tras cuenta. Por muy cansada que esté, su voluntad de cumplir con el tributo es mayor. Se levanta, resiste a los golpes con el antebrazo y el lariat de Hayashishita. Responde con varios Spinning Back Fist y una patada a la sien que tumba a su adversaria. La veterana es incapaz de mantenerse en pie, y ambas quedan en la lona sin poder moverse. La cuenta del árbitro llega a diez, ninguna de las dos consigue resolver en la prórroga. Otra vez empate, Doble KO.
Aunque el resultado no lo refleje, quien sale con un pie por delante de su rival es Syuri, al ser la última en caer. Por poco, aunque la credibilidad de ambas permanece intacta y emplaza a los aficionados a la lucha que tendrán estas dos guerreras el miércoles 29 de diciembre en Stardom Dream Queendom en el Ryogoku Sumo Hall. Una posible parte final de un feudo en el que la excombatiente de UFC ha demostrado con creces merecer el campeonato, mientras que Utami Hayashishita ha madurado para establecerse entre las grandes de Stardom.
2021 ha sido un año en el que los empates han estado a la orden del día en el wrestling y que se han colado varios en la terna por ser el Match Of The Year, como los dos protagonizados por Bryan Danielson en All Elite Wrestling. Este tal vez no haya sido el más relevante entre los acontecidos dentro de Stardom, pero sienta una sólida base con una historia sencilla pero fácil de empatizar, en un momento en el que la empresa intenta atraer más miradas que nunca.
Un combate que se vio en buena compañía y que reavivó las ganas por lanzarse de una vez a la aventura de aficionarse a la cuna de tantas joshis de calidad.
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