Antes de la llegada de los grandes nombres, los eventos multitudinarios y los títulos secundarios, NXT brillaba con sus grandes combates en el Full Sail University como pura marca de desarrollo de WWE. El primer cambio importante llegó con estrellas del calibre de Charlotte, Sami Zayn, Paige, Adrian Neville, Sasha Banks o Hideo Itami. Poco a poco iba adquiriendo un mayor protagonismo e iba captando más miradas, con semanales centrados en ofrecer un producto liviano de consumir y un entretenimiento simple pero efectivo.
La prueba del éxito llegó con NXT ArRIVAL, un evento especial que acogió al ya mítico Cesaro vs Sami Zayn en el opener, a Paige defendiendo su campeonato contra Emma y el primer Ladder Match con Neville descolgando el título de Bo Dallas. La alternativa al producto del roster principal se iba construyendo a paso lento pero con la convicción de que la futura generación marcaría el presente de la compañía.
A partir de ahí, el show fue cogiendo cada vez mayor impulso y se atrevió elevando la barra cada vez más en cada edición del recién inaugurado NXT TakeOver. Finn Balor, Kevin Owens, Samoa Joe, Asuka, Bayley, The Revival y American Alpha llegaron para tomar el testigo, y la necesidad de abandonar la arena habitual se hacía necesaria: todo el mundo quería ver los programas especiales de la marca amarilla.
No obstante, no todo eran fichajes. Como ya ha surgido antes, hombres como el suizo pasaron por la marca, algunos en busca de retos de una noche y otros con intención de quedarse. Tyson Kidd, Sin Cara y Justin Gabriel fueron algunos de los primeros a tiempo completo por aquellos años, en 2014. El canadiense consiguió por encima del resto mejorar su recorrido en la empresa tras su paso por NXT, llegando a convertirse en un luchador regular en el roster principal.
A finales de abril del 2014 Tyson Kidd comenzó a aparecer de forma más regular por NXT, que tras vencer a Bo Dallas participó en una Battle Royal con un resultado de triple empate junto a Sami Zayn y Tyler Breeze. La semana siguiente, vencería a ambos contendientes para ser el hombre que se enfrentaría a Adrian Neville por el Campeonato de NXT en el primer TakeOver de la historia.
Tras salir derrotado tuvo otra oportunidad en un show semanal con el mismo desenlace, aunque todo se resolvió porque Natalya no le permitió que usase una silla en su ventaja. Frustrado, tomó de su lado al vibrante high flyer para hacerse con los Campeonatos por Parejas ostentados por The Ascension. Viendo que no lo lograría, decidió dejar tirado a Zayn, para posteriormente aliarse con Justin Gabriel, pasar a heel y mantener su feudo con Adrian Neville.
Sami Zayn ajustó cuentas de forma indirecta con Justin Gabriel, que tras la victoria sufrió la embestida de él y Kidd hasta que fue salvado por su amigo y rival Adrian Neville. Ganaría los próximos dos combates contra ‘El marido de Natalya’, tanto de forma individual como en parejas, y eso le bastó para poder postularse como aspirante al campeonato.
De forma paralela, Tyler Breeze se alzaba como el próximo retador al título máximo de la marca en NXT TakeOver. Después perdería en el semanal por descalificación contra el campeón Neville por culpa del entrenado por la familia Hart, que conectaría una Superkick en el mentón de su rival. Buscando revertir la situación, se enfrentó a Tyson Kidd, pero al poco de arrancar el combate decidió marcharse y ser derrotado por conteo fuera.
Todos tenían una razón para estar sobre el ring aquel 28 de agosto de 2014 delante de un William Regal al mando en su primer día como General Manager. Tyson Kidd quería revitalizar su carrera y cumplir su objetivo de convertirse en campeón en solitario, Tyler Breeze buscaba encumbrarse como la cara bonita de NXT y darle el glamour que la marca necesitaba con un campeón a la altura, y Sami Zayn quería demostrar que una vez más podía sobreponerse a las adversidades y callar a los que desconfiaban de sus posibilidades.
Los tres conseguirían lo que deseaban, pues Adrian Neville quiso zanjar todos los feudos cruzados y medirse a ellos en el main event de NXT TakeOver: Fatal 4 Way.
El combate
Los heels tomaron la delantera y comenzaron la ofensiva contra sus pasados enemigos –Tyson Kidd contra Adrian Neville y Tyler Breeze frente a Sami Zayn–, pero pronto los faces cambiaron las tornas y eliminaron a ambos momentáneamente para verse las caras en el cuadrilátero. Sin embargo, ‘Prince Pretty’ y el de la Hart Dungeon volvieron a la carga. Intentando mantener esa ventaja, en los minutos siguientes se aliaron para sacar al campeón de la ecuación e intercambiar golpes con el underdog del enfrentamiento.
Cuando el veterano vio que el trabajo estaba hecho, sacó a Breeze del encordado y centró su atención en agotar y machacar a Zayn. Neville tanteaba en varias ocasiones reconectarse al combate, pero no lo conseguiría hasta que se valió de todas sus fuerzas para romper la dominancia de Kidd. Junto a él volvía por unos minutos el vanidoso luchador, aunque pronto caería en un Moonsault del campeón hacia el exterior que permitió a los dos héroes retomar la acción donde la habían dejado.
Una vez más, Tyson Kidd regresaba para detener las hostilidades cuando ambos talentos iban dándole un ritmo más alto. Con el excampeón por parejas y el dueño de los olés siendo quienes más intercambiaban golpes en el combate, la sorpresa llegaba con el tercer canadiense en discordia sorprendiendo con un Beauty Shot a Zayn cuando se preparaba para el Helluva Kick, devolvía a Kidd la Superkick que le propinó semanas antes y neutralizaba a Neville con una Dropkick en el aire, que era incapaz de mantener el control en un enfrentamiento desfavorable para el campeón. Ninguna de las dos cuentas llegaba a tres, y el enfado de Tyler Breeze era notorio.
Queriendo sacar toda la energía al as de NXT, lo alzaría hasta lo alto del esquinero para arrojarlo en una Superplex, pero Tyson Kidd y Sami Zayn se entrometían para convertirlo en una Tower Of Doom a favor de este último. La cuenta tampoco llegaba a tres.
Neville y Kidd se veían en posición para el Helluva Kick, pero el campeón volvía a su ser, evitaba el golpe tanto de Zayn como del de la familia Hart y se impulsaba en un Shooting Star Press. Tras aterrizar sobre el bailarín de ska, ‘Prince Pretty’ mandaba al defensor del título fuera de las doce cuerdas para aprovechar una cuenta que volvió a quedarse en dos. Todos los movimientos oportunistas de Tyler Breeze quedaban en agua de borrajas, aunque el público del Full Sail University supo apreciarlo.
No obstante, la segunda Beauty Shot sobre Sami Zayn no conectaba y Tyson Kidd lo colocaba en el Sharpshooter tras arañarle la cara. Cerca de rendirse, Adrian Neville entraría veloz a parar la mano derecha de Tyler Breeze y Zayn rompería la sumisión.
El aspirante face tomaba ventaja en el combate sacando a Neville del ring, impactando a Kidd con un Exploder Suplex contra el esquinero y asegurándose de que el campeón de NXT no se levantaba en un tope que lo mandaba más allá de la valla. Quedando solo Tyler Breeze para despejar posibles intervenciones desfavorables, cruzaba el poste para ejecutar un DDT sobre la rampa. De regreso al ring, Helluva Kick para Kidd, cuenta y… Neville aparta al árbitro para que no finalice la lucha. Primeros vestigios de peligro a su reinado y movimiento de heel para el de Newcastle Upon Tyne.
Zayn, enfadado con su amigo, bajaría a confrontarle aunque el campeón le pararía con una Superkick fuera del ring. Y aprovechando la situación propicia creada por el underdog, sentenciaría con un Red Arrow sobre Tyson Kidd para la cuenta de tres delante de Sami Zayn. Una vez más, se había quedado cerca de la victoria, de ser campeón y de callar a los detractores.
El postcombate
Sorprende que de los cuatro luchadores que se enfrentaron aquella noche solo quede uno en activo y otro sea productor.
La empresa dejó marchar a (Adrian) Neville tras no firmar un nuevo contrato y se convirtió en uno de los primeros grandes fichajes de All Elite Wrestling allá por 2019. Su periplo por el roster principal fue un desastre, cambiando a un personaje más superheroico y alejándose del que tenía en NXT –que es muy similar al de Ricochet: un high flyer muy completo–. Las lesiones y las oportunidades perdidas rebajaron cada vez más su caché, que solo lo recobraría con su paso a 205 Live.
Con una actitud de heel y autoproclamándose ‘The King Of The Cruiserweights’, logró aumentar su palmarés al convertirse en dos veces Campeón Crucero. No obstante, no estuvo contento con la dirección de su personaje –querían que perdiese contra Enzo Amore– ni con el trato a su marca –la única camiseta que sacaron fue tarde y con un diseño pobre–, y tampoco se planeaba devolverlo a Raw o SmackDown en esta nueva faceta. A principios de 2018 salió de la empresa, regresando a Dragon Gate y finalmente uniéndose a AEW bajo su antiguo nombre, PAC.
Actualmente es miembro de Death Triangle y en su nueva aventura ha sido Campeón Open The Dream Gate en Dragon Gate.
En cuanto a Tyson Kidd, gracias a su desempeño en la marca amarilla se ganó una mejora en su situación en el roster principal. Comenzó a tener más victorias y su estatus era de un peldaño superior. Su mayor éxito llegaría con su alianza con Cesaro, en un equipo que entre muchos nombres no oficiales figuraba Brass Ring Club. Lograron vestir el oro en 2015, pero su buena suerte se agotó tras un enfrentamiento contra New Day, donde perdieron los Campeonatos por Parejas de WWE después de 63 días.
El 1 de junio de ese mismo año se fracturaría el cuello en un combate contra Samoa Joe, decidiendo a partir de ahí retirar el Muscle Buster de su arsenal de movimientos. Dos años después, la empresa le ofreció un puesto como productor, dejando de lado su carrera como luchador y continuando hasta día de hoy en su faceta como consultor y guía para la preparación de los encuentros.
Mejor suerte corrió Tyler Breeze, aunque no se libró del despido. Aunque no consiguió su preciado Campeonato de NXT, su primer paso por la marca de desarrollo tuvo como premio a su buen hacer competir de tú a tú contra la leyenda japonesa Jushin ‘Thunder’ Liger en NXT Takeover: Brooklyn, el primer especial fuera del Full Sail University. Más tarde subiría al roster principal para tener un feudo con Dolph Ziggler, el cual perdió. Un error colocar a dos personajes tan similares frente a frente. Su situación no mejoró, perdiendo constantemente, hasta que se alió con Fandango y ganaron en popularidad, aportando un gran desempeño en los segmentos cómicos, pero WWE nunca decidió que ellos portasen los Campeonatos por Parejas.
Con la llegada de NXT a televisión regresó a la marca que le vio nacer, teniendo una rivalidad con Velveteen Dream por el Campeonato de Norteamérica, y posteriormente refundando Breezango con una faceta más seria. Finalmente conseguirían vestir el oro en agosto del año pasado ante Imperium. Perdieron los cinturones contra Oney Lorcan y Danny Burch y, aunque se mantuvieron de forma regular en la marca negra y dorada, no tenían un papel relevante. A finales de junio fue liberado de su contrato junto a Fandango en la que ha sido la última ola de despidos de este año.
Quien mayor éxito ha tenido ha sido Sami Zayn, que tras la Fatal 4 Way derrotó a Adrian Neville en NXT TakeOver: R-Evolution –donde si no cumplía debía abandonar la marca–, pero la celebración duró poco por el ataque del debutante y antiguo amigo Kevin Owens. Ambos revivirían el feudo en numerosas ocasiones a lo largo de sus carreras, y en esta primera ocasión en WWE Owens arrebató el campeonato a su compañero de viajes. Se lesionó en su entrada en el Raw de Canadá cuando respondía al reto abierto de John Cena y no consiguió terminar su combate de revancha en NXT TakeOver: Unstoppable.
Tras recuperarse, fue quien abrió las puertas de WWE a Shinsuke Nakamura y subió al roster principal. Retomó su rivalidad con Owens entre otros muchos feudos más, cambió de face a heel, pero no llegó a sostener un campeonato hasta 2020 cuando consiguió el Campeonato Intercontinental, cinco años después de su primera título en la empresa. Con la pandemia decidió no asistir a las grabaciones que se realizaban en el Performance Center, lo que le costó su reinado, aunque en agosto pudo volver a recuperarlo hasta ser derrotado por Big E.
Desde entonces, cambiaría su personaje a un devoto creyente de que WWE estaba contra él y que no querían que triunfase. Intentando que su amigo Kevin Owens le creyese su teoría de la conspiración, echó más leña al fuego a la rivalidad.
Este combate a cuatro bandas fue otro pilar en la construcción hacia el NXT que conocemos hoy en día. El que llenaba estadios, recibía cinco estrellas y traía la locura a los aficionados con cada rivalidad, encuentro o debut. Una prueba de la calidad de los hombres involucrados y de lo que se puede conseguir cuando se le da la oportunidad a quien más lo merece.
Porque la alternativa en WWE nació, entre otras razones, a partir de rescatar a luchadores que eran muy buenos sobre el ring pero que adolecían al micrófono o en el desarrollo de sus personajes. Lejos de la exageración del ser imperante en las tierras de los grandes focos, la simpleza y la interconexión de un dominio más pequeño aportaba la diferencia que el público había demandado en tantas ocasiones.
NXT crea estrellas, revitaliza otras y mantiene un nivel mejor que ayer y peor que mañana. Dos luchadores de renombre en el combate, un veterano de bajo caché y un talento en ascenso. La combinación está ahí, como en otras muchas ocasiones. Solo hay que dar en la tecla adecuada para crear un legado digno de recordar, pero mirando con orgullo el presente y el futuro que vendrá.
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