Big Meaty Men ‘Slappin’ Meat: La concepción ideal de wrestler para la comunidad estadounidense.
El pasado 5 de noviembre se llevó a cabo el el Premium Live Event «Crown Jewel», escenario que presenció la lucha entre Braun Strowman y Omos. Ha llamado mi atención que dentro de Twitter y otras redes sociales, han aparecido distintas publicaciones que resaltan la cantidad de reproducciones e interacciones que los careos previos al combate entre ambos gladiadores han generado. El combate en sí, recibió una aceptación general, hasta que el propio Strowman se envolvió en una polémica que involucra de cierto modo a este tipo de idealización de wrestler/luchador que tiene una gran parte de la fanaticada estadounidense.
Es por ello que he querido tocar el tema de cómo es que este tipo de enfrentamientos que pareciese que dentro de la comunidad hispanohablante no tienen una gran relevancia, o no generan un gran ‘hype’, sin embargo, para el público estadounidense y sobre todo para aquel fan ‘casual’ resulta ser toda una atracción y espectáculo garantizado. De igual forma, tratar de conocer los motivos detrás de esta ‘idealización’ de lo que debe representar un luchador estelarista.
Sí hay algo en lo que una gran parte de los fanáticos hispanos de wrestling pueden estar de acuerdo, es en que el público estadounidense suele tener una concepción bastante diferente sobre quién o quiénes merecen ser “main eventers”, y es que en el mundo del pro-wrestling en muchas ocasiones la meritocracia puede llegar a existir, pero no de la manera más convencional, regularmente esta es medida por la cantidad de dinero que genere la superestrella en cuestión. Entre más dinero generas, más posibilidades tienes de estar en planos estelares y eso aplica para la mayoría de empresas de wrestling a lo largo del mundo, ya que a final de cuentas esto es un negocio.
Sin embargo, es imposible no notar una gran diferencia entre los protagonistas de cada empresa, por ejemplo en AAA, el Megacampeón Hijo del Vikingo podría ser conceptualizado como un luchador no creíble para una gran parte de la fanaticada estadounidense, y es que si algo se nota en ellos es que siempre se basan en una lógica demasiado realista y perfeccionista, donde quizás inconscientemente, retoman conceptos e ideas sobre que un campeón debe ser aquel personaje que más impone físicamente, ya sea por su altura, su musculatura o por el simple hecho de poseer un aura demoledora y destructiva a la hora de presentarse en el ring.
Y es que no es sorpresa que el público estadounidense traiga esas ideas al wrestling de su país, profesión que es derivada del pancracio griego y que históricamente Estados Unidos ha tratado de imitar ciertas ideas, tradiciones y costumbres de dicha civilización. Culturalmente han tratado de perfeccionar todo, creando un sentido de pertenencia con el objetivo de mostrar superioridad ante el resto del mundo y no sólo en ramas deportivas, sino también intelectuales y por qué no, en ramas bélicas.
Es por ello que personajes como John Cena, que si bien ha hecho aportaciones importantes al mundo del pro-wrestling por su compromiso con este a lo largo de los años, es un hecho que su popularidad entre la mayor parte del público adulto estadounidense, aumentó de manera considerable a partir de que Cena comienza a cambiar su personaje, del “Doctor of Thuganomics” a ser más un héroe nacional y patriótico, incluso WWE lo hace protagonizar la película “The Marine” en 2006.
De esta forma, Cena comenzaría a ser más aceptado por un público adulto, incluso pareciese que esa era la transición natural de su personaje; de ser una especie de adolescente rapero que no le importaba nada, a ser un ejemplo de vida, superando adversidades como todo un soldado y con sus valores insignia como manto: La Justicia, la lealtad y el respeto. Valores que todo padre de familia quisiera que sus hijos e hijas replicaran en el futuro.
Así que de verdad que no es ninguna casualidad que John Cena se haya convertido en un referente para niños y niñas de los Estados Unidos (y posteriormente del mundo), una gran parte de este éxito es gracias a los padres que aceptaron este concepto para que sus hijos e hijas lo consumieran. Si no lo creen, denle un vistazo a la mini serie documental de la plataforma de Peacock sobre Barney el dinosaurio ‘I love you, you hate me’, vaya que mucha gente repudiaba al gentil y pintoresco dinosaurio morado, a los estadounidenses no les gustaba que dicho producto estuviera al alcance de sus hijos.
Y es que hasta ahora pareciese que no hay ningún problema con esto, a final de cuentas cada empresa decide quién es el luchador o luchadora que más se acerca a ser la imagen que la empresa quiere dar, pero ¿Por qué no alguien como Ricochet, como Mustafa Alí, como Dolph Ziggler e incluso como Finn Bálor pueden aspirar a ser las caras de la empresa? Sabemos de sobra que el talento dentro del cuadrilátero lo tienen, algunos tienen carisma, otros no tanto y aun así este puede ser trabajado. La respuesta es sencilla, no cumplen con el estereotipo “dominante” que un público Americano y joven exige en la actualidad.
Alternativas no faltarán para quienes estén más inmersos en esta comunidad, pero es un hecho que en WWE han sido muy pocos los que parece han brincado esta regla. Casos extraordinarios como Eddie Guerrero, Rey Mysterio, Bryan Danielson y recientemente Kofi Kingston. Ahora bien, todas estas ideas que los fanáticos estadounidenses expresan en redes sociales son aterrizadas en dos términos muy particulares: Vannila Midget y Draw.
¿A qué se refiere cada uno? El vanilla midget, es un término acuñado por Kevin Nash para referirse a aquellos luchadores dotados de una gran técnica en el ring pero que no poseen una personalidad suficiente para ser protagonistas de un espectáculo. Como dato curioso, Kevin Nash también llegó a expresar molestia con el éxito de dicha clase de luchadores, señalando que sus éxitos mataban la industria. En cuanto al término “Draw” este término es derivado de la expresión estadounidense “Drawing Money” que significa “ hacer dinero”, así que de este modo, los fanáticos refieren a alguien que pagarían por ver, por tener su mercancía o yendo más lejos, por ser como él.
Así que no les tome por sorpresa que se hable y se dé mucho más de este enfrentamiento entre Braun Strowman y Omos, o que esta rivalidad tenga su fin en Crown Jewel, ya que a final de cuentas WWE buscará la forma de generar mucho dinero a costa de enfrentamientos repetitivos entre ambos gigantes. Saludos a Brock Lesnar y Roman Reigns.
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