Ya estamos en el tramo final del camino a WrestleMania y he pensado que la mejor opción sería continuar La vista atrás con un análisis a WrestleMania X-7. No estamos hablando de un WrestleMania cualquiera, estamos hablando del que es considerado el mejor WrestleMania de todos los tiempos por una gran cantidad de analistas. Yo mismo me incluyo entre el grupo de gente al que este le parece el mejor WrestleMania de la historia, aunque no me parece el mejor PPV de la historia de WWE, pero de eso ya hablaremos en otra ocasión.
WrestleMania X-7 es considerado como el final de la Attitude Era y está empapado al 100% del espíritu de esta época. El mayor ejemplo de esto es el main event: The Rock y Steve Austin, las dos mayores estrellas de la época, enfrentándose en un combate plagado de emoción y con un bookeo extraordinario.
El PPV empezó con un enfrentamiento por el título intercontinental. El campeón en este momento era Chris Jericho, el luchador que más veces ha sostenido el cinturón y, en esta ocasión, le tocaba defenderlo frente a William Regal. Regal era el comisionado de WWF y, como tal, estaba en una posición de poder, posición que Jericho empezó a desafiar constantemente burlándose de él. Esta historia llevó a su enfrentamiento, que cumplió como opener, resultando bastante entretenido. Tras el combate, Jericho seguía seguiría siendo el campeón, pero su rivalidad no se acabaría allí, ya que volverían a enfrentarse en Backlash.
El segundo combate, Tazz y APA vs Right to Censor, fue irrelevante, pero por suerte no ocupó demasiado tiempo. Right to Censor nunca fue un stable especialmente destacable y este enfrentamiento, como todo lo que hicieron, no me generó ningún interés. En menos de 4 minutos, Bradshaw le dio la victoria a su equipo.
Más tarde tendríamos el título hardcore en juego, como resultado de una rivalidad interesante entre Big Show y Kane en la que Raven, el campeón, se vio envuelto. Show era campeón cuando, por la rivalidad que tenían, Kane le costó el título frente a Raven. Así, el combate que empezó siendo Show vs Kane, se convirtió en una triple threat, incluyendo a Raven. Los tres hombres dieron algo bastante entretenido, moviéndose por distintos lugares de la arena y utilizando todo lo que encontraban para tratar de lograr la victoria. Finalmente, Kane se lanzaría desde el stage sobre Show con un leg drop para cubrirle y ganar el título.
El tercer título en entrar en juego aquella noche fue el europeo. En manos de Test, el título entro en el punto de mira de Eddie Guerrero y los Radicalz, que le acompañaban en aquel momento. Con su ayuda y un golpe con el título, Eddie se coronaría como nuevo campeón tras un enfrentamiento dinámico y divertido.
A continuación, se dio el choque entre Chris Benoit y Kurt Angle. Los dos maestros de la técnica en el ring se enfrentaban únicamente para definir quién era el mejor de los dos. Dieron un combate realmente intenso, como se puede esperar de ellos dos, incluyendo un Moonsault precioso de Angle. Sin embargo, el final sucio y la falta de tiempo provocaron que quedara algo debajo de mis expectativas, demasiado altas por el nivel de algunos de sus enfrentamientos posteriores. Aun así, es algo muy disfrutable y, en este punto, era lo mejor de la noche.
Tras el primer gran combate del show, vino el enfrentamiento por el título femenino. En él, Ivory defendía su cinturón frente a Chyna. Esta storyline venía de Royal Rumble, donde la campeona lesionó (en kayfabe) el cuello de la aspirante al título. Tras recuperarse, Chyna logró que los compañeros de Right to Censor de Ivory no pudieran estar en ringside y, teniendo a su rival sola para ella, la derrotó en casi un squash de menos de 3 minutos para convertirse en campeona. Una buena historia al menos para el único combate femenino de la cartelera.
Acercándonos a la parte principal de la cartelera, tenemos un combate entre miembros de la familia McMahon: Vince vs Shane. Fue una street fight que contó con Mick Foley como árbitro especial invitado. La historia venía de largo: Vince llevaba meses enfrentándose a su familia y Shane regresó unas semanas antes del show para poner las cosas en su sitio. El enfrentamiento fue entretenido y estuvo totalmente integrado en la storyline, con las intervenciones de Linda y Stephanie McMahon y Trish Stratus. Finalmente Shane sería el que se llevaría la victoria con un Coast to coast sobre un cubo de basura puesto en la cara de su padre.
Y aquí tendríamos el que para mí es el mejor combate de la noche: TLC II. Dudley Boyz vs Hardy Boyz vs Edge y Christian por los títulos por parejas en el segundo TLC de la historia, revancha del primero de ellos, que tuvo lugar en Summerslam el año anterior. El caos no solo tuvo como protagonistas a las 3 parejas, sino que incluyó a los acompañantes de cada una de ellas, Spike Dudley, Lita y Rhyno respectivamente. Pese a que el spot más recordado y reconocido es el Spear desde una escalera de Edge a Jeff, el combate estuvo repleto de ellos, todos maravillosos. Todo esto dio lugar a un combate icónico, uno de mis favoritos de la historia y algo a recordar para cualquier fan del wrestling.
Para bajar la adrenalina tras este gran combate, tuvimos una battle royal de leyendas. 19 de los luchadores con un gimnick más extravagante que han pasado por WWF subieron al ring durante unos 4 minutos. El ganador sería Iron Sheik, únicamente porque su estado de forma era tan pésimo que decidieron no lanzarle por encima de la tercera cuerda.
El penúltimo combate de la noche fue el primer enfrentamiento en un PPV entre Triple H y The Undertaker. Triple H reclamaba una oportunidad en el main event de WrestleMania esgrimiendo el argumento de que ya había derrotado a todos en la empresa, pero se olvidaba de Undertaker, quien en este momento tenía el personaje de american badass. Entrando a la acción en el ring, el combate, que empezó ya con fuerza, tuvo una parte central maravillosa en escalada hasta una parte final muy psicológica. En los últimos minutos del combate, la cuenta en 2 tras un golpe con el mazo de Triple H me hizo saltar de mi silla, pese a que ya había visto el combate y sabía cómo terminaba: con un Last Ride que le daría la victoria a Undertaker y aumentaba su racha a 9-0.
Y por fin llegamos al main event: el combate sin descalificación por el título de WWF entre el campeón, The Rock, y el ganador del Royal Rumble, Steve Austin. Solo una obra maestra como esta podría disputarle el puesto de combate de la noche al TLC II. En la culminación de la Attitude Era y de una de las mayores rivalidades de la historia del wrestling, ambos dieron un choque salvaje y centrado en la storyline que llevaban construyendo años. El papel de los dos wrestlers fue maravilloso: Austin reflejeba perfectamente su deseperación por recuperar el título, mientras Rock utilizaba su tenacidad para no bajar los brazos en ningún momento, lo que te obligaba a simpatizar con él.
No obstante, ocurrió lo impensable. Todo lo que sucedió durante el combate solo estaba allanando el terreno para la sorpresa final. Vince McMahon intervino en el combate evitando la victoria de The Rock, pero este logró tumbarle. Parecía que el final solo lo determinarían los dos hombres que estaban en el ring, pero tras un intercambio de finshers entre ambos, Vince le dio una silla a Steve Austin, quien la utilizó para propinarle hasta 16 silletazos al campeón, cubrirle y arrebatarle el cinturón. Así tenía lugar uno de los mayores turns heel de la historia de WWE, mientras finalizaba uno de los mejores show de wrestling jamás vistos.
Ahora que estamos muy cerca de WrestleMania 35, todos podemos comprobar que las cosas han cambiado mucho en estos 18 años, pero, esos cambios, ¿son positivos o negativos? Sin atreverme a afrontar esa pregunta en la conclusión de este artículo, solo acabaré lanzando al aire una petición. Las increíbles divisiones por parejas que tiene esta empresa merecen uno o varios combates dignos y nada me gustaría más que volver a tener un WrestleMania en el que los tags tengan la oportunidad de demostrar su valía. Por favor WWE, hazlo realidad, estás a tiempo.