En su libro The Last Hart Beating, Natalya detalla cómo la empresa habría negado toda responsabilidad por la lesión que terminó con la carrera de su esposo, Tyson Kidd.
Natalya ha revelado uno de los episodios más duros de su carrera y de su vida personal: cómo WWE supuestamente la amenazó con despedirla si hablaba públicamente sobre la grave lesión de su esposo, TJ Wilson (Tyson Kidd). El exluchador sufrió una fractura cervical en 2015 tras recibir un Muscle Buster de Samoa Joe, lesión que le puso fin a su carrera dentro del ring.
En su autobiografía, la canadiense cuenta que Wilson nunca buscó demandar a la compañía, sino una disculpa directa de Vince McMahon. Sin embargo, esa disculpa nunca llegó. “TJ escribió una carta explicando su situación y el dolor que atravesaba… pero la respuesta vino del departamento legal de WWE, negando todo y advirtiendo que si yo hablaba del tema, activarían una cláusula para despedirme”, relata Natalya.
A pesar del golpe emocional, la luchadora tuvo que presentarse en WrestleMania “con una sonrisa”, mientras internamente se sentía traicionada. “Me sentía como si caminara en territorio enemigo, con miedo de mencionar siquiera el nombre de TJ”, recuerda. Hoy, Wilson trabaja como productor en WWE, pero el silencio forzado y la falta de empatía de aquellos días siguen marcando a la pareja. “Ese fue el momento en el que decidimos dejar de ser amables y callarnos”, concluye Natalya.
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