Sí, para el recuerdo (nótese la ironía). Repasamos el año 2020 para WWE. Drew McIntyre, el Performance Center, WrestleMania y el COVID-19.
El 2020 llega a su fin. Un año en el que el maldito COVID-19 ha cambiado nuestras vidas. Nos acordamos de los que ya no están y mandamos ánimos y mucha fuerza a aquellas personas que lo están sufriendo de cerca. El 2021 será mejor, no me cabe la menor duda. Saldremos de esta, seguro. Mirando este año 2020 en los ojos del wrestling ha sido un año bueno. Ni excelso, ni muy malo. Aceptable. Vamos a hacer un repaso de lo que nos ha dejado este año en lo que más nos apasiona, el wrestling, y más concretamente, en WWE.
El 2020 empezaba por todo lo alto. Llegaba Royal Rumble, un evento siempre especial. Brock Lesnar llegaba como el rival a batir siendo el Campeón de WWE. Había vencido a Kofi Kingston en la Season Premiere de SmackDown en FOX. Para generar más rabia y odio en los aficionados, Lesnar salía el número 1 en el Royal Rumble Match y se iba deshaciendo de las superestrellas que iban entrando.
Rowan, Robert Roode, MVP, Shelton Benjamin, Keith Lee, Strowman y muchos otros. Hasta que llegó Ricochet. Parecía que iba a ser coser y cantar para Lesnar, pero la realidad fue muy distinta. Rico aguantó, pese a los duros golpes de Brock. Se iban agotando los dos minutos hasta la próxima entrada y Lesnar no conseguía eliminar a The One and Only.
Se hacía la cuenta regresiva y sonaba la música del heredero al trono, Drew McIntyre. El público se volcaba con el escocés. Drew entraba al ring y cruzaba su mirada con la de Lesnar. Unos segundos de mucho suspense hasta que Ricochet, que estaba en un segundo plano, aplicaba un low blow a Lesnar para que, posteriormente, McIntyre le aplicase una Claymore Kick a The Beast y lo eliminase. Los aficionados estaban desatados y no lo podían creer. Lo que ocurrió a continuación, ya es historia. Drew ganó el Rumble y estelarizó WrestleMania 36. Esa batalla real contó con el regreso de Edge, después de que en 2011 anunciara su retiro.
Sin lugar a dudas, un eventazo como la copa de un pino. The Fiend seguía intratable y viéndose como la superestrella de futuro de WWE, Drew lograba su sueño y Charlotte (de nuevo) se iba a WM. Encarábamos La Vitrina de los Inmortales y, en Super ShowDown, se producía la catástrofe. Goldberg derrotaba a The Fiend en tres minutos para contentar a los magnates de Arabia.
Con esta decisión, WWE se cargaba todo lo que había construido con el alterego de Bray Wyatt. Le dabas el Campeonato Universal a un hombre que estuvo a punto de provocar una desgracia con un Jackhammer sobre Undertaker. Un desastre mayúsculo. Más tarde, se supo que Goldberg había exigido ganar a The Fiend en el show.
El COVID-19 llegó y WWE se vio entre la espada y la pared justo a pocas semanas del mayor evento del año. O posponía el evento para dentro de un tiempo o lo celebraba sin público. La empresa de Vince se decidió por esta último y WM 36 se llevó a cabo desde el Performance Center. Acabar de ver la intro del evento, con el repaso a las rivalidades, y observar un pabellón vacío con Blinding Lights de The Weeknd sonando de fondo, era cuanto menos, extraño. Recordaremos este evento por las circunstancias en las que se dio y no por su nivel.
Como aspecto positivo, destacar los dos combates cinematográficos (WWE acertó, implementando este tipo de combates. Algo novedoso que llamaba la atención). La Firefly Fun House Match y el Boneyard Match. El primero por la historia y todo el repaso a la carrera de John Cena que hizo Wyatt, y el segundo por el nivel luchistico. Taker hizo un gran esfuerzo y es de agradecer. La segunda noche tuvo la guinda al pastel de Drew McIntyre al ganar su primer Campeonato de WWE.
WWE se había mudado al PC a mediados de marzo. El primer show semanal allí fue el 16 de marzo. Había que adaptarse a esta nueva situación. Shows sin público, difícil de asimilar. El 15 de abril será recordado como un día fatídico para WWE y trabajadores de la empresa. La compañía anunció numerosos despidos de superestrellas, productores, directivos, árbitros, etc. Se conoce como miércoles negro. El COVID estaba provocando graves daños económicos y WWE no tuvo otra alternativa.
Meses en el PC. Rollins como The Messiah; Murphy su discípulo; Drew en su salsa y derrotando a todos sus rivales; Braun Strowman como Campeón Universal porque no quedaba otra, Reigns había abandonado temporalmente la empresa por miedo a contagiarse por coronavirus.
En la noche posterior a MITB, Becky Lynch anunció que dejaba vacante el Campeonato Femenino de RAW y que el maletín que había ganado Asuka en el Ladder Match, portaba el cinturón. La irlandesa desvelaba que estaba esperando a su primer hijo con Seth Rollins. Momento muy emotivo. Charlotte estaba en NXT y con la baja de Becky, Bayley se echó la división femenina a sus espaldas.
No pasaremos por alto a Otis como Mr. Money In The Bank. El maletín dejó de tener valor y Otis no era una amenaza para ningún campeón. Strowman y Bray seguían en rivalidad. Bray estaba presente en el feudo y quería que Braun volviese con él.
No lo consiguió, aunque The Monster Among Men empezó a tener actitudes extrañas. Se rapó la cabeza y atacó a su mejor amiga, Alexa Bliss. Wyatt había entrado en su mente y en The Horror Show at Extreme Rules, The Fiend renació. Mientras tanto, Sasha Banks y Bayley se hicieron con todos los títulos femeninos de todos los rosters.
Nadie les hacía sombra hasta que Bayley se equivocó e hizo que Banks perdiese el Campeonato Femenino de RAW. El principio del fin. Shayna y Nia Jax les arrebataron los Campeonatos Femeninos por Parejas y solo les quedaba el título de SmackDown. Bayley creyó que Sasha no le era útil y la atacó, pensando en que The Boss ya no le servía. Bayley se había autodestruido.
Randy se dedicaba a masacrar a leyendas como Ric Flair, Big Show, Shawn Michaels y Christian. Traicionó a su mentor, Ric y lo de «Legend Killer» cogió más fuerza. Drew vio una gran amenaza en Orton y sufrió varios puntapiés de The Viper que dejaron al escocés muy maltrecho. A pesar de ello, McIntyre retuvo el Campeonato de WWE en SummerSlam y Clash Of Champions, pero en Hell in a Cell, Randy se llevó el oro.
El feudo que tuvo Seth Rollins con la familia Mysterio no estuvo mal, pero pecó, a mi parecer, de extensa y repetitiva. Punto positivo: el gran debut de Dominik Mysterio, mejor de lo que se esperaba. Grata sorpresa.
Lo del ojo de Rey, mejor no comentarlo. The Fiend terminaba con Braun en SummerSlam, pero se iba a encontrar con Roman Reigns, que volvía después de cinco meses ausente. Llegó en un momento delicado para WWE. Cada lunes, veíamos prácticamente el mismo programa y las audiencias cada vez iban a peor. Solo SmackDown se salvaba, aunque no ha acabado el año de la mejor manera posible.
La alianza de The Tribal Chief con Paul Heyman ha sido un acierto total. Un nuevo personaje para el Campeón Universal, ni heel ni face. El jefe. Lo que ocurrió en Payback fue bastante ridículo ya que da pie a que otras superestrellas hagan lo mismo y ganen un título. La rivalidad con Jey no estuvo mal. A nivel emocional fue sobresaliente, pero en el ámbito luchistico dejó mucho que desear. Un buen ejemplo es el Hell in a Cell Match. La celda estaba por estar, de adorno.
No nos olvidamos de RETRIBUTION. Sus primeras apariciones en las que lanzaban cócteles Molotov. Empezaron mal, pero han acabado el año mejor. Resulta que Mustafa Ali era el hacker (haré como que estoy sorprendido) y es el líder de la facción. Más relevancia que antes tiene el bueno de Ali. Sin duda, para mí, la mejor facción del 2020 ha sido Hurt Business.
Todos son campeones, excepto MVP. Lashley, Cedric y Shelton se han visto potenciados. The New Day han sido campeones y Street Profits todavía lo son, pero me quedo con la irrupción de Hurt Business. Por cierto, Miz se convirtió en nuevo Mr. Money In The Bank en HIAC tras la traición de Tucker a Otis.
Tras el mayor evento del verano, Bayley traicionaba a Banks y la llegada a la cima de Sasha se producía en Hell in a Cell. Se vengó de su ex mejor amiga en un gran duelo dentro de la celda. Asuka ha seguido siendo campeona desde que ganara el título en SummerSlam. Sin embargo, ha tenido nula relevancia. Aunque esté mal decirlo, la japonesa ha sido un parche tras la marcha de Becky Lynch. El final de año de Banks ha sido muy muy bueno, pero creo que no ha estado al nivel de Bayley.
El Campeonato de WWE había cambiado de manos en HIAC, pero Drew no tardó demasiado en recuperarlo. Llegó a Survivor Series como campeón y se enfrentó a Reigns en un duelo de titanes. Roman llegaba tras haber humillado a su primo Jey Uso en Clash Of Champions y Hell in a Cell. Jey se unió a Roman por haber perdido ante él. La familia, casi al completo. Drew sucumbió ante Roman, pero no perdió credibilidad. Survivor Series fue un evento de transición. 1 mes en el que WWE puede «descansar» ya que no tiene que dar forma a rivalidades. Muchos de esos combates no tuvieron ningún tipo de storyline.
Ninguna interacción entre los campeones. En las semanas previas al PPV, parecía que íbamos camino a TLC y Survivor Series estaba siendo omitido. Otro evento que con el paso de los años ha perdido todo el interés. Llegábamos al último PPV del año, TLC. Antes, Alexa Bliss, ya en el lado oscuro, advertía a Randy Orton de lo que era The Fiend.
Las pesadillas de Orton resurgían. Volvíamos a 2017. A su vez, Kevin Owens provocaba a Reigns, metiéndose con su familia. Kevin lo pagó muy caro antes de TLC. Otro regreso en estas fechas fue el de Carmella con nuevo personaje «The Untouchable» y mejoría notoria in ring.
En este último PPV, Drew retuvo el título en un Ladder Match ante Styles. Miz canjeó el maletín y falló en el intento. Año «redondo» para el briefcase. Roman lo pasó mal ante Owens, pero con la ayuda de Jey, mantuvo el oro. El cierre al show lo pusieron Randy Orton y The Fiend. A Orton no le quedó más remedio que quemar el cuerpo de The Fiend para deshacerse por completo de él.
Unas semanas más tarde, Adam Pierce devolvió el maletín a The Miz dando el canjeo de TLC como nulo. ¿Motivo? Ninguno. The Fiend no apareció más y Alexa se roció gasolina por encima. A Owens no le dio para ganar a Reigns que sigue reinando en SmackDown con puño de hierro.
Año marcado por el COVID-19. Sin público en los estadios, el wrestling no es lo mismo. Para WWE, 2020 no ha sido un año grandioso, pero lo ha salvado por momentos puntuales. El gran protagonista, Drew McIntyre; la reinvención de Orton y Bayley; grandes descubrimientos como Dexter Lumis, Hurt Business, Cameron Grimes, etc. Démosle la entrada al 2021. Por un año mejor.
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