Érase una vez una joven luchadora llamada Evie que llegaba a WWE tras aparecer en algunos episodios de NXT como talento local. Con una oportunidad en el primer Mae Young Classic y con un nuevo nombre, la ahora conocida como Dakota Kai, que era todo corazón y la representación de la perfecta underdog, llegó hasta los cuartos de final del torneo. Nadie pensaba que su llegada a la programación de la marca amarilla la llevaría a sufrir un trauma que, sin haberse tratado en ningún momento, la condujese a adoptar una personalidad heel que enterrase su pasado en un intento de no arrepentirse de la decisión tomada y estar en paz consigo misma.
Los problemas surgen en su segundo combate en NXT. Su adversaria: la debutante Shayna Baszler, una total amenaza para el statu quo del vestuario por sus acciones, más propias de una matona de patio de colegio que de una respetable contendiente. Dakota Kai sufrió en su brazo la carta de presentación de la intimidante Baszler, que convirtió a la neozelandesa en su pequeña víctima. Con el brazo en cabestrillo y con un pánico tremendo a la integrante de las Four Horsewomen –la versión de Ronda Rousey, Marina Shafir y Jessamyn Duke–, necesitó constantemente la ayuda de otras luchadoras para hacer frente a su desigualdad. Años más tarde consiguió plantar cara a la ya Campeona de NXT, sin éxito en el ring pero logrando desprenderse de sus miedos.
Una lesión en el ligamento cruzado anterior ayudó a que retomase su amistad con la recién llegada a la empresa Tegan Nox. La galesa sufrió múltiples lesiones tras su enfrentamiento contra Rhea Ripley en la segunda edición del Mae Young Classic, y desde entonces se apoyaron mutuamente para regresar y formar el Team Kick.
Algunos enfrentamientos después, NXT TakeOver: WarGames llegó y Nox se unió al equipo de Rhea Ripley. Esperando su oportunidad de ir contra el cuarteto elegido por Baszler, el último puesto lo ocupó Mia Yim. No obstante, en la misma noche alguien atacó a la HBIC, forzando a Ripley a incluir a Kai en el combate. Pero algo no salió bien: Kai atacó a su compañera del Team Kick, atrapando la rodilla entre la puerta y la celda, intentando escuchar cómo el hueso se partía. Cuando más necesitaba a una amiga, Tegan Nox no estaba ahí. Su fiel compañera, con la que tanto tiempo había pasado en el gimnasio recuperándose de sus lesiones, no había hecho nada por persuadir a Ripley en la decisión. Por primera vez Dakota Kai se sentía sola y decidió pagar su frustración sobre la dueña del mejor Shining Wizard.
Lo más revelador fue la sonrisa que esbozaba Baszler en la otra celda, siendo consciente de que parte del cambio lo había conseguido ella. Una vez más, fue manipulada para hacer que se sintiera inferior. Creía firmemente que no sería una buena rival –objetivamente cierto conociendo su pasado– y la consideraba una elección perdida. Además, las palabras de Rhea Ripley para señalar a Mia Yim como la cuarta miembro del equipo no fueron las más correctas.
La nueva Dakota Kai: oro como ‘sidekick’
A partir de ahí Dakota Kai pasó a ser heel, una oportunista más decidida que antes, más vil que nunca. Portaba como un trofeo el protector de rodilla de su ex mejor amiga, orgullosa de haber dado el paso y vengarse así del poco tacto de Tegan Nox. Enfrentamientos contra Mia Yim y Candice LeRae de por medio, la rivalidad con Nox pasó a un Street Fight en NXT TakeOver: Portland, donde Kai presentó a su nueva aliada, guardaespaldas y compañera: Raquel Gonzalez.
Y entonces el mundo se volvió de color de rosas: alguna que otra victoria destacable en los semanales, participaron de forma activa en su primer Wargames Match –con Gonzalez dando la victoria al equipo sobre la por entonces campeona Io Shirai–, vencieron el feudo contra Rhea Ripley y ganaron el Dusty Rhodes Tag Team Classic femenino. El éxito era palpable y el cambio a heel justificado, solo faltaba volver a verse las caras con Shayna Baszler (y Nia Jax), canjeando así la oportunidad conseguida y poner la guinda para vivir felices y comer perdices.
Sin embargo, el careo previo dejaba a Dakota Kai en una posición delicada. A pesar de mostrarse segura y fuerte ante la que fue durante años su némesis, las palabras de Baszler en aquel show semanal de NXT resonaban en su cabeza: «Esta es la misma Dakota Kai, llorando y gimoteando, asustada igual que cuando te partí el brazo». Prueba de ello es el combate posterior, donde la capitana del Team Kick rememoraba situaciones pasadas, intentando responder con rabia a una adversaria más lista que ella. Con Raquel Gonzalez de su lado, el problema era menor y el peso del recuerdo no la abrumaba… hasta que su compañera y Nia Jax quedan fuera del combate y se convierte en un cara a cara. Tras salir del Kirifuda Clutch y buscar a su amiga, se encontró sola, a merced de la experta de las MMA para reenganchar la llave y devolverla a su pesadilla, esta vez sin que nadie pueda salvarla. Sola como aquella vez.
Pero todo vuelve a ser perfecto, ¿o no? William Regal decide crear los Campeonatos por Parejas Femeninos de NXT para resolver la polémica de la semana anterior –Dakota Kai no era la luchadora legal–, pero lo pierden esa misma noche contra Ember Moon y Shotzi Blackheart, la otra pareja finalista en el Dusty Classic. Con la victoria en combate titular de Raquel Gonzalez –elegida a dedo por la campeona Io Shirai sobre la supuesta cara del dúo– la neozelandesa queda relegada a un segundo plano. A ser la ‘sidekick’, su compinche, su secuaz. Tras el ataque Gonzalez acusa a Kai de ser una manipuladora y de usar a las personas y, a pesar de ser cierto en su caso, lo que motiva la traición es la envidia de haber conseguido lo que ella siempre soñó y que nunca logrará por esta senda. Porque, siendo sinceros, todo lo que ha logrado ha sido gracias a su guardaespaldas. Porque la comparación con Shawn Michaels y Diesel solo era estética.
En NXT TakeOver 36 se celebra la lucha y Raquel Gonzalez defiende con éxito su campeonato con un Chingona Bomb desde la tercera cuerda. Una vencida Dakota Kai desaparece, y con la reestructuración de la marca negra y dorada en territorio de desarrollo puro surgen unas viñetas que revelan un cambio en un personaje. Enterrar el pasado para volver a empezar; la reflexión lleva a la reencarnación. Halloween Havoc fue escenario de la aparición de la nueva Dakota Kai, con Shayna Baszler, Tegan Nox y su faceta face donde no pudieran molestar. Gonzalez perdió el cinturón por culpa de un palazo que Mandy Rose aprovechó, quedando tendida para el regocijo de Kai.
A pesar de todos los esfuerzos, de esconderlo y sellarlo a dos metros bajo tierra, las voces, la duda y los remordimientos resurgen como manifestaciones de su error. Trastornada por la reina de picas, con la culpa de haberse puesto en contra de su mejor amiga, Dakota Kai intenta continuar en el camino que eligió en la noche de Wargames 2019. Cora Jade se salvó porque la inocente y afable intervino, porque ella representa lo que la antigua Evie era. Y es esa batalla interna la que portará de ahora en adelante en NXT 2.0.
Su feudo con Raquel Gonzalez añade una capa más para explorar en esta nueva faceta de las antiguas amigas. Su lado más implacable y violento surge por la falta de cariño y un complejo de inferioridad que responde con una falsa confianza en sí misma. Bajo ese manto de loba feroz se halla una corderita, esperando a que la persona idónea sepa ver tras la fachada y quiera recuperar a una de las mejores babyface que ha dado la show de los martes. Porque solo entonces será capaz de elevarse y tenga la determinación para coronarse como la nueva Campeona de NXT.
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