La marca británica de WWE NXT UK ha superado un movimiento de denuncia y una pandemia con una cara renovada, pero sigue manteniendo la esencia de su hermano mayor previa a su salto a televisión
Allá por las últimas páginas del calendario de 2016, WWE se lanzó a la caza del mejor wrestling europeo y británico con el anuncio de un torneo inaugural para coronar al primer Campeón de Reino Unido de la historia de la compañía. Todo formaba parte de un mayor plan de cara a construir la primera base lejos de Estados Unidos y comenzar un proceso de expansión. Con la inestimable voz y sabiduría de Nigel McGuinness como estandarte de esta rueda de prensa, la colaboración con empresas locales y la presentación de los participantes en el campeonato, el experimento trajo como resultado a Tyler Bate como primer ostentador del cinturón y la primera marca hermana del show negro y dorado, NXT UK, en octubre de 2018. Meses antes se repitió el torneo con Zack Gibson como ganador, que no logró su cometido al enfrentase al ‘Bruiserweight’.
La marca no se consolidaría hasta unos meses después de su primera emisión con NXT UK TakeOver: Blackpool, su primer evento especial, con Pete Dunne como máximo campeón en su reinado de casi dos años. Rostros familiares como Rhea Ripley, Toni Storm o los Grizzled Young Veterans se codeaban con los futuros hombres y mujeres que harían del show de los jueves un atractivo más para el espectador y una alternativa a lo que sucedía en los principales dominios de Vince McMahon. James Drake y Zack Gibson se convirtieron en los primeros poseedores del Campeonato por Parejas de NXT UK y se llevaron el torneo, mientras que las dos australianas se batían en un duelo donde la ganadora del Mae Young Classic destronaría a la futura ‘The Nightmare’.
Con la llegada de WALTER tras la conclusión del main event y Kay Lee Ray de forma oficial dos meses después, lo que era un espacio para el disfrute del aficionado con un público enérgico y unas divisiones equilibradas y vibrantes se elevó a cotas más altas. El austriaco y líder de Imperium se hizo con el título en el pay per view de NXT de Nueva York e hizo de NXT UK su fortí en pos de la pureza del wrestling, con un reinado que a fecha de este artículo perdura 765 días. Mano de hierro y castigo en forma de chop a todo aquel que ha osado intentar derrocarle: Pete Dunne, Joe Coffey, Tyler Bate, Ilja Dragunov, Dave Mastiff, Travis Banks, A-Kid, Tommaso Ciampa, Rampage Brown… todos han sucumbido a los fuertes golpes del peso pesado y a su técnica de corte clásica.
En cambio, Kay Lee Ray se ha mostrado más abierta, aunque ninguna ha tenido suerte. Toni Storm y Piper Niven lo intentaron, tanto de forma conjunta como separada, Jinny no supuso un gran problema y ‘The Final Boss’ Meiko Satomura, a pesar de ser la mayor amenaza para su reinado, no estuvo a la altura de la escocesa. 617 días con el Campeonato Femenino de NXT UK para KLR y con vistas a que, si Emilia McKenzie o Aoife Valkyrie no dan el jaque mate a la reina, va a ir para largo.
Herencia del catch británico y de NXT
No es casualidad que Johnny Saint sea el manager general de NXT UK. El apodado ‘The Man Of 1.000 Holds’ representa lo que la marca transmite al público: un show enfocado a la acción sobre el cuadrilátero por encima de los segmentos al micrófono. Un espíritu de tiempos del siglo XX que pervive en su máximo campeón, en la incorporación de la Heritage Cup y los combates bajo sus reglas. Unas pruebas más deportivas de lo usual donde el luchador pone a prueba su desempeño mental y físico en seis rondas de tres minutos al mejor de tres caídas. Si te noquean, el combate se acaba de inmediato. Si te descalifican, habrás perdido.
El legado del máximo responsable de la marca vive en el actual poseedor de la copa, el español A-Kid, que combina movimientos aéreos y striking con el buen desempeño sobre la lona. Uno de los grandes aciertos de la marca británica para deshacerse de la polémica que supuso el movimiento #SpeakingOut y la incógnita de su continuidad en los inicios de la pandemia.
Saint se presenta como una figura de autoridad respetada e indomable al igual que su homólogo William Regal. Asimismo, el formato del programa bebe mucho de NXT, puesto que comparten mandamás en gorilla position, Triple H. A pesar del traslado de sus grabaciones a los estudios de BT Sport y seguir un estricto protocolo sanitario, NXT UK continúa la tradición de su hermano mayor presentando a cuentagotas a nuevos luchadores y renovando su roster, elevando a recién llegados para que ocupen las posiciones abandonadas en la zona alta de la cartelera. Algo que el show de los martes ha dejado de hacer con la asiduidad de antaño, manteniendo el ascensor solo en la cartelera y con menos envío de talentos a Raw o SmackDown. Todo esto condensado en una hora, abandonado en su salto fuera de la WWE Network.
Teoman, Emilia McKenzie, Aleah James o Nathan Frazer han cubierto los huecos dejados tras los despidos por el #SpeakingOut y los ascensos a la marca negra y dorada para seguir manteniendo esa apuesta por la lucha libre. Además, Levi Muir, Bailey Matthews –hijo de William Regal– o Stevie Turner se presentan como las próximas apuestas de cara al futuro, con Meiko Satomura, Rampage Brown y Sha Samuels aportando la veteranía en un vestuario lleno de talento joven.
A su vez, ha sabido reflejar que el main event es el main event, que no puede haber una lucha más importante que esa en toda la cartelera y debe ser, ante todo, la que más tiempo ocupe en los NXT UK TakeOver. Entre 25 y 40 minutos es la duración de cada combate por el campeonato absoluto, lleno de momentos de tensión, espectacularidad y emoción para mantenerte borde la silla.
Status actual y futuro para NXT UK
La marca británica vive en una semiburbuja de la que pocos han conseguido o decidido dar el salto a la escena norteamericana. Luchadores como Mark Andrews, Tyler Bate o Jordan Devlin se han dejado ver por la programación de WWE, pero siempre han vuelto a la marca que los vio nacer. El intento de establecerse como un show propio de la WWE Network y que viva en su propio universo (con algunos crossovers) como ya lo hizo NXT en su día parece el camino a tomar, aunque ha dañado de gravedad a la escena independiente de Gran Bretaña.
Desde la formación de la alianza con Progress, OTT, ICW y RevPro y su primer episodio NXT UK se ha convertido en un dominio que pone patas arriba el modelo de negocio local, que se basaba en grandes superestrellas contra talento local en auge a un bajo coste y sin un sentimiento de pertenencia a ultranza hacia ninguna empresa. Con el desembarco de WWE en tierras británicas, las principales atracciones firmaron contratos exclusivos donde solo podían competir allá donde la compañía les consintiera a cambio de una estabilidad económica y un seguro médico difícil de rechazar. La apertura del Performance Center en Londres supuso el clavo al ataúd de un buen puñado de promotoras y escuelas que difícilmente podrá recuperar la boyante situación vivida hace unos años en su territorio.
La pandemia ha trastocado los planes y ha alargado en exceso reinados que se veían cerca de concluir (el caso de Kay Lee Ray con Piper Niven a principios del año pasado), pero ha dado una mayor relevancia al campeonato y a sus poseedores, que se encuentran en una posición dulce y de la que resulta difícil retirar. Las divisiones son coloridas, llenas de personajes dispares: la inestabilidad de Ilja Dragunov, la mitología de Aoife Valkyrie, el misticismo de Isla Dawn, la pureza y la grandeza de WALTER y sus secuaces de Imperium, las mentiras de Noam Dar, la arrogancia de Jordan Devlin, la fraternidad de Joe Coffey y sus hermanos en Gallus, la supervivencia de Teoman, la dominancia de Kay Lee Ray…
La situación sociosanitaria dio pie a ello. WWE ha aprovechado este caldo de cultivo para bajar una marcha en la velocidad y darle el tiempo que merece cada luchador para que desarrolle sus habilidades al micro o porte mejor su personaje. Así, se ha logrado un vestuario más interconectado, con un segmento como Supernova Sessions que pone el foco sobre Noam Dar como si fuera ‘Rowdy’ Roddy Piper en su Piper’s Pit. Si mantienen esta tendencia y van dando pistas sobre quiénes pueden ser los elegidos para destronar a los máximos campeones, NXT UK brillará con fuerza a finales de este año cuando la normalidad regrese.
Han pasado casi cinco años desde que Triple H pusiese el primer ladrillo de un proyecto de expansión sin parangón, reuniendo a futuros campeones y caras habituales de la programación. La marca británica ha sido la cuna para talento como Rhea Ripley, ha afianzado a luchadores jóvenes con mucha experiencia como Pete Dunne y ha elevado a la posición que merecía a A-Kid. A la sombra de su hermana mayor se está haciendo un hueco entre sus seguidores, diferenciado por su estilo europeo y la herencia de World Of Sport, y a medida que avancen los meses y se celebre el NXT UK TakeOver de este año los ojos volverán a ponerse sobre la que es, sin lugar a duda, una de las producciones de WWE más cuidadas, frescas e innovadoras de todo su catálogo.
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