En un partido tremendamente tenso, los Dallas Renegades vencieron a los Seattle Dragons.
Dallas Renegades empieza a buscar su puesto en Playoff y para ello, esta semana era clave una victoria frente a Seattle. En un partido muy igualado, el equipo texano consiguió alzarse con el triunfo a pesar del gran trabajo de los del estado de Washington a nivel defensivo. Con esta victoria, Renegades dormirá en puestos de Playoff, por detrás de Roughnecks pero por delante de los propios Dragons y de Wildcats, a los cuales aún les falta por disputar el partido de esta semana.
Respecto a la estrella del partido, la realidad es que Dallas tiene que empezar a hablar de su kicker. Austin MacGinnis es de los pocos en la liga que no ha fallado y siempre aporta puntos. En este caso, el jugador le dió la primera ventaja del encuentro a Dallas ya en el último cuarto. Además, fue el encargado de cerrar cualquier opción de remontada local en el último minuto. En primer lugar anotó un FG que llevó la diferencia a 11 puntos. En el segundo, con el kickoff forzó que el equipo de Jim Zorn tuviese que salir desde la yarda del 15 en el último drive.
Landry Jones, luces y sombras.
Respecto al puesto de QB, Dallas debe revisarlo. Es cierto que Jones tiene dos victorias y Nelson ninguna, pero el partido dejó ciertos momentos muy preocupantes. El principal de ellos fue la desconexión que sufrió el ex de Steelers en el segundo cuarto. Lanzó dos INT prácticamente iguales y dio la sensación de que perdía por completo el partido. Estos fallos de Jones fueron los únicos que dieron opción a Seattle. No obstante, en la segunda parte Jones se repusó y fue capaz de jugar un partido correcto a pesar del fumble.
Y es que Dragons jugó muy bien en defensa pero no así en ataque. El principal problema fue el playcalling, buscando demasiado el big play y el pase underneath, sin atacar la zona media. Eso provoco que en varias ocasiones el equipo se quedase en cuartos downs y situaciones de corto yardaje a los cuales no se atrevieron. Seattle aún así puede afirmar que su público es el mejor de toda la XFL, provocando constantes faltas de los rivales.
Para acabar, hay que dedicarle un párrafo exclusivo al único receptor que le puede robar algo de protagonismo a Cam Phillips. Donald Parham es una verdadera máquina y su tamaño le permite tener una facilidad enorme para superar a las defensas. El TE fue sencillamente la arma final de Dallas en la endzone, siendo prácticamente imposible cubrirle. Además, su trabajo permitió abrir muchos huecos al juego de carrera de Renegades, algo que necesitan para cerrar los encuentros.