En defensa de Bad Bunny

En defensa de Bad Bunny

Me meto en camisa de once varas para sacarle las vergüenzas al público objetivo de WWE ante el desprestigio de los “americanos” hacia Bad Bunny

La noche del Royal Rumble tuvo al artista internacional Bad Bunny para cantar en directo ‘Booker T’ (con la compañía del luchador). Con un palmarés envidiable a sus 26 años, el puertorriqueño ha conseguido en sus cinco años de carrera numerosas nominaciones y dos Grammy Latino. En las plataformas digitales cuenta con más de 48 millones de oyentes en Spotify y casi 32 millones de suscriptores en YouTube, con muchos sencillos superando los quinientos millones de reproducciones –el medio billón americano–. Y todavía hay quien tiene la osadía de quejarse porque canta en español, regodearse en su desconocimiento y desprestigiarlo tuiteando ‘Who?’.

Señores, les entiendo porque seguramente pasarán de los cuarenta, pero no puede ser más evidente lo corto de miras que son ustedes los boomer cuando algo se sale de su época (madre mía, encima “americanos”). No obstante, es lamentable este trato hacia una figura que ha dado más que la gran mayoría de los que han pasado como invitados en cualquier RAW o SmackDown. Miren, les comento. Bad Bunny es un cantante que en Estados Unidos ha logrado ser número uno en las listas musicales, donde con total seguridad sus hijos le conocen. Si usted es latinoamericano y no lo conoce… hable más con sus vástagos. ¡Ahora me dirán que no conocen a Billie Eilish!

Centrándonos en su aportación a WWE, Benito Antonio Martínez Ocasio ha dado más de lo que ha recibido a la empresa de Vince McMahon. Sus éxitos contienen pequeñas referencias a la compañía, sobre todo a lo referente a la Attitude Era. Ha recibido halagos de aquellos implicados, pero nunca de la protagonista en sí. Por fin llegó la llamada y ya va para un mínimo de tres apariciones si se confirma su combate en WrestleMania. ¿No es mejor esto a alguien que está de paso, hace la promoción y se olvida? ¿Preferimos a LaVar Ball y su prole sobre un fan que viene a contribuir? Se ha ganado su sitio con un posible enfrentamiento solo con la publicidad no solicitada.

También admitirán que es importante tener famosos que sean conocidos fuera de Estados Unidos. Bad Bunny va de calle en toda Latinoamérica y España, no así por ejemplo el jugador profesional de fútbol americano Rob Gronkowski o Demi Burnett de The Bachellor. Si salgo a la calle y pregunto a todo el que pase, hasta que no me tope con un aficionado de la NFL no voy a tener una respuesta afirmativa. WWE es una empresa internacional y como tal necesita ofrecer a su audiencia global celebridades que hayan cruzado el charco y sean parte de la cultura pop.

Bad Bunny lo es, y tiene un tirón enorme en la juventud, por lo que puede ser un buen reclamo para unos posibles futuros aficionados que, mordiendo el anzuelo de su ídolo, se queden y disfruten del wrestling ofrecido por el gigante. Además, tiene la valentía de atreverse a ejecutar un frog splash hacia el ringside: de locos. Más como él o Stephen Amell y menos rostros bonitos sin más implicación que para hacer el cameo.

https://twitter.com/wweespanol/status/1356081481370783744

Las quejas provienen de un sector de la audiencia que representan al público objetivo de WWE, pero no siempre se les puede contentar cuando las prioridades han cambiado. Los teléfonos y las redes sociales han reescrito la forma de medir la popularidad y relevancia de un producto, y es en Internet donde ahora importa que haya movimiento, no tanto en las pantallas. Justo ahí, en esa área que ustedes manejan a duras penas, es donde Bad Bunny vuelve a ser el rey, el campeón, Booker T: 29,7 millones de seguidores en Instagram.

Llegados a este punto debo destaparme como lo que soy, el último fan de San Benito. Ni me encanta ni aborrezco su música, por lo que esta defensa ha llegado libre de favoritismos. Algo que hay que saber en esta vida es a valorar el talento aunque no te emocione y a respetar a los artistas –al menos en sus ámbitos profesionales, en lo personal ya… cada cual verá–. Y a saber mantener las formas cuando no te están atendiendo, que nunca está de más. Por lo que solo me queda preguntarles una cosa… Can you dig it, sucka?

P.D.: Como bonus track puedes echarle un ojo al artículo de Matías G. Rebolledo en La Razón sobre la relación de Bad Bunny y WWE.

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