Tyler Bate habrá perdido su Campeonato de NXT UK contra Bron Breakker, pero para todos aquellos ajenos a su obra, dejó muy buen sabor de boca en NXT Worlds Collide. Seis años en la empresa del entretenimiento deportivo, seis años en los que se ha convertido en una leyenda de la marca británica. Único dos veces campeón absoluto, y único que además de campeón por parejas (con Trent Seven), lo ha sido de la Heritage Cup. Solo él puede decir que ha ostentado todos los títulos puestos en juego en NXT UK.
De aquellos primeros combates con aspecto propio de tu bisabuelo en sus años mozos, con ese mostacho solitario en una cara que todavía guardaba la infancia de un adolescente que se iniciaba en el wrestling, al Tyler Bate de ahora, una versión obiwanesca de sí mismo, ayudado por un Trent Seven que acabaría abrazando el lado oscuro y con una entereza digna del mejor de los jedi. Con un truco infalible: puño derecho arriba y zurdazo al mentón.
A sus 25 años parece joven, pero dentro de la industria ha recorrido un camino de diez años, desde los 15 –pronto en una disciplina en la que muchos se inician pasada la veintena, normal en Reino Unido e Irlanda donde es más común ver jóvenes prepararse en empresas muy pequeñas y en lo más bajo de la cartelera–, seis en WWE. Ello debería generar cierta inquietud en Triple H para buscarle un hueco en el roster principal, si es que así lo quiere.
Recordemos que, igual que Gunther en su momento, era un león atrapado que anhelaba la sabana, pero todo cambió cuando terminó con su matrimonio e inició una relación con la también luchadora Jinny. Toda su idea de mantener su aspecto intimidante pero natural, igual que el de los grandes del puroresu, se fue igual que llegó la decisión de apostar por hacer carrera en Estados Unidos.
Colocarlo como la megaestrella en NXT Europe sería repetir la fórmula ya iniciada en una marca más global, por lo que no habría avance en su carrera. Tendría mayor relevancia porque se movería por todo el continente, pero no es nada que no haya hecho ya. Sin embargo, una vez que en NXT 2.0 defina de forma más externa su personaje, podrá destacar en el roster principal como un nuevo retador al título de Gunther o una flamante adquisición extranjera para triunfar en Raw.
Tyler Bate es solo un ejemplo más
Los problemas del ‘Big Strong Boi’ no son solo suyos, es uno más en una larga lista de este desbarajuste sin todavía fecha de caducidad. La llegada de Blair Davenport, Meiko Satomura y Gallus junto a él pone en entredicho si el territorio de desarrollo seguirá siendo tal y como es. Los seis son atletas curtidos, más que capaces de afrontar el reto que supone estar en pantalla los lunes y los viernes. Podían entrar en esta misma situación Nathan Frazer, A-Kid (Axiom), Alba Fyre y JD McDonagh, pero sus personajes están tomando forma en NXT 2.0 y les está viniendo bien este paso por la marca multicolor.
No obstante, es un desarrollo que, a todas luces, puede cocinarse en las semanas previas a debutar en televisión nacional y frente a una audiencia mayor que la del Capitol Wrestling Center. WWE tiene sus métodos para sobrellevar este nuevo embudo, siempre que suponga devolver a unos cuantos a NXT Europe una vez se concrete la fecha de inicio. Si la construcción de esta nueva marca pasa por reunir a los talentos que dejaron huella en NXT UK durante un lustro, significa estancar a superestrellas más que capaces de algo más. Porque tampoco serán quienes acaparen los focos, no al menos cuando todo eche a rodar.
Por lo tanto, lo mejor que puede suceder para Tyler Bate es un ascenso fulgurante en Estados Unidos, si está dispuesto a cambiar de residencia, o tomar NXT Europe como una escisión igual de seria como la NXT negra y dorada de antaño. Una marca europea que apunte a hacer lo mismo que se hace en Estados Unidos, a otro ritmo, pero con la apuesta firme de ser algo más que mero contenido para la WWE Network y un problema para la escena independiente local.
Un proyecto tan ambicioso que apunte hacia donde Vince McMahon nunca había mirado. Un terreno más sencillo de ganarse que México o Japón, y con una tradición arraigada pero olvidada y denostada. Y es aquí donde todos los grandes entran, incluso los omitidos como el excampeón lesionado Ilja Dragunov, para jugar un papel más atractivo y seguro que lo que pueden tener al otro lado del charco.
Una oportunidad de cambiar la cultura y darle al wrestling la posición que merece, y que países como España, Francia, Italia o Portugal, con cierta base luchística, adquiera el nivel de Reino Unido, Irlanda y Alemania. Todo ello comandado por Tyler Bate como la gran cara de un proyecto llamado a cambiar el panorama europeo con más wrestling que nunca.
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