Fruto de las exigencias de NXT 2.0, donde tener un personaje es más que necesario para ocupar minutos en pantalla, nació un superhéroe, Axiom. Su identidad permanece anónima tras la máscara, aunque su voz y jersey de cuello alto marrón lo delatan. A-Kid, otro seudónimo para ocultar su verdadero nombre, Carlos Ruiz. A sus 25 años, puede considerarse un afortunado al llevar un estilo hibrido entre altos vuelos y lucha a ras de lona hasta ser un regular en televisión, primero en NXT UK y ahora en NXT 2.0 (o como quiera que se vaya a llamar la semana que viene).
La paradoja de todo esto es que A-Kid, en esencia, siempre ha sido un superhéroe. Nunca ha necesitado exteriorizar esa faceta porque su personalidad siempre ha sido inspiradora. A los 15 se subió al ring por primera vez con el permiso de su padre para luchar un combate, y desde aquella derrota, por bien que le haya ido, siempre ha sido desde un rol de underdog, de ser el David frente a los Goliat. La influencia de los cómics de Spider-Man ha estado ahí desde sus inicios en Tabacalera y Molino Rojo hasta convertirse en el enmascarado que es hoy. No rendirse nunca, enfrentar a las adversidades, mostrarse humilde y ser fiel a uno mismo.
Carlos Ruiz luchaba en NXT UK y antes de llegar a WWE como A-Kid porque el wrestling ya juega con esa característica de ser más que un humano, incluso de alter egos. Pero el proyecto de NXT 2.0 era incompatible con ser un luchador, o la mejor versión de una persona de a pie. Cogiendo diferentes elementos de su vida, apareció Axiom. Sus estudios en Matemáticas le dan un toque diferencial a su personaje, con ese «todo se puede reducir a una fórmula, hay una solución para cada problema». Reacción fuera de lo común, capaz de llevar su mente por encima del límite que marca el cuerpo. Su pasión por Peter Parker y el resto de las versiones del hombre araña, siendo la esperanza de la sociedad más joven, la que lucha contra la irracionalidad del acoso escolar. O de toda una ciudad, como aquella escena en ‘Spider-Man 2’ en la que salva un tren.
En el atuendo sigue estando la versión ofrecida en La Triple W y el resto de la industria. La máscara es similar a la de Miguel O’Hara, Spider-Man 2099, pero la vestimenta de entrada es la misma que usaba en la marca británica, solo que con más tela. En principio sus colores eran el negro y dorado, pero la semana pasada optó por el rojo.
En definitiva, se siente más cercano al Kick-Ass de Mark Millar y John Romita Jr. que a cualquier otra historia con superpoderes. Un chico de barrio que se enfunda sus mayas para combatir el mal sobre las doce cuerdas, sin ninguna otra ventaja que su entrenamiento. O en otras palabras, Axiom es A-Kid elevado al cuadrado, haciendo sutil lo evidente.
¿Cuál será el futuro de Axiom?
Su presentación luchística contra Dante Chen y su despliegue de capacidades narrativas con Duke Hudson dieron una pincelada sobre su personaje, pero durante casi un mes no se le ha visto, en televisión, más que en NXT Level Up en un combate contra Xyon Quinn, el paso intermedio para probar a los nuevos luchadores más inexpertos –algo que Axiom no es–. Los cambios en la dirección creativa de WWE, con el paso al frente de Triple H, ha condicionado su estatus, siendo uno de los llamados a adaptarse al nuevo medio y, tras hacerlo, quedar en tierra de nadie con un replanteamiento de la marca multicolor –o blanca y dorada– más.
A corto-medio plazo, la dirección de Axiom parece abocada a la división por parejas junto a Nathan Frazer. Dos ex NXT UK con muchísimo talento y que se están compenetrando a las mil maravillas en esta serie de enfrentamientos al mejor de tres. Un pique amistoso que acabará formando un equipo para encararse con los campeones Pretty Deadly, y brindando un estilo más arriesgado y high flyer, sin pasar por alto la técnica, que ninguno de los otros seis combinaciones hace o es capaz de hacer. A partir de ahí… el nuevo NXT hablará.
Axiom no ha llegado a definir del todo su personaje como para sacar unas conclusiones que difieran de lo que era A-Kid. Una exageración del personaje que ha desarrollado durante todos estos años, pero que puede volver a cambiar de aquí a unos meses. La E de entretenimiento sigue siendo el pilar, aunque ya no se apoyen sobre ella todos los cimientos de la empresa. Por lo tanto, un paso atrás a una superestrella más común y corriente no puede descartarse.
Sea como sea, el español encontrará un hueco en la versión actualizada de la marca de desarrollo –si es que con tanto luchador profesional podrá seguir llamándose así– para continuar su carrera en WWE. Potencial no le falta, pero habrá que ver cómo se adapta a la nueva situación planteada por Triple H tras estas grabaciones.
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