‘We are NXT’
NXT, la marca amarilla de WWE es conocida oficialmente como la marca de desarrollo de los nuevos talentos que se incorporan a la compañía. El objetivo de la misma, es dar un primer vistazo de las nuevas superestrellas a los aficionados y comenzar con el desarrollo de sus personajes hasta que estén listos para el ascenso al roster principal.
Todos conocemos ya a estas alturas la historia de la marca amarilla y cómo ha llegado hasta el punto actual. A corto plazo, es inevitable recordar el comienzo de sus emisiones en directo, la posterior invasión a SmackDown y Raw y la victoria sobre éstas dos últimas en Survivor Series. Todo esto parecía marcar el despegue de NXT como tercera marca de la compañía.
Pero la sensación que se desprende, es que NXT no termina de ser considerada como tal. Un ejemplo simple, podría tratarse del Draft. En la última edición de éste, tan solo SmackDown y Raw podían hacerse con luchadores de otras marcas, siendo la marca amarilla la única en no poder hacerse con ninguna superestrella. Sí, hay casos como Finn Balor o Tyler Breeze que regresaron a NXT, pero no fue puramente por el Draft.
Otro aspecto a destacar, es el apartado creativo, pese a que las tres marcas pertenecen a WWE, el producto de las dos principales dista bastante del que se ofrece en NXT. En este caso, la mano de Triple H como productor de la marca, destaca enormemente. Y como éste, otros muchos ex luchadores que forman parte de la misma (Shawn Michaels, William Regal…)
El sello que el ‘Cerebral Assassin’ muestra, desprende una esencia muy diferente a la de Raw y SmackDown. Mientras que estas dos últimas son criticadas en ocasiones por la falta de originalidad y por lo desfasado de algunos contenidos, NXT trata de innovar dentro de un género como el wrestling y ofrece historias y luchas que deberían verse más a menudo en las otras dos marcas.
No es casualidad que NXT y AEW Dynamite batallen en la noche de los miércoles. En estos momentos, se tratan de las dos marcas que mejor están sabiendo entender el futuro de la industria. Una y otra avanzan y crecen juntas, aunque las diferencias entre ambas se van agrandando cada vez más.
En el caso de NXT, al tratarse de una marca de formación, sus superestrellas más populares (Adam Cole, Keith Lee, Io Shirai, Gargano, Ciampa…) acabarán abandonando la marca tarde o temprano. Esto provoca que haya un lapso de tiempo entre que esos luchadores se van y entre que aparezcan otros para ocupar su lugar.
En lo que respecta a AEW Dynamite, ésta es la marca principal y única de la compañía, por lo que es cuestión de tiempo que sus luchadores crezcan dentro de la empresa y que asciendan a cupos a los que NXT no puede llegar por las limitaciones evidentes.
Y es por ello que el panorama actual de NXT debería sufrir algún tipo de actualización. Si la compañía desea que la marca sea una competencia real para Dynamite, necesitará aumentar las posibilidades de la misma y desprenderse del calificativo de ‘marca de desarrollo’.
Un ejemplo al que la WWE podría agarrarse, es lo que se realizó con ECW, que llegado el momento se estableció como la tercera marca de la compañía. Evidentemente aquí no me refiero a la gestión, simplemente a la posición que se le dio.
Sea como sea, NXT necesita de esa posición, porque actualmente es la marca que, probablemente, más aporta a la compañía a nivel de historias y de luchas. Es extraño y preocupante que la WWE tenga que aprender y tomar como referencia a su marca de desarrollo, ¿verdad?
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