Las mujeres de AEW reclaman tiempo en televisión

Los objetivos que debían cumplirse el año pasado se superaron con creces, cambiando de cromos y aprovechando la llegada al mercado de varias caras con ganas de demostrar estar a la altura. La división femenina tiene una nueva campeona y un título secundario recién estrenado, más experiencia en pantalla y un esquema de aliadas y rivales definido. No obstante, queda la asignatura pendiente de ofrecer más espacio en televisión a las 21 mujeres en nómina y todas aquellas bajo contratos por aparición

Las mujeres de AEW reclaman tiempo en televisión

365 días dan para realizar muchos cambios y revolucionar el panorama. Una vez más, AEW ha sabido superar su propia marca y sorprender al espectador en su regreso de la pandemia por Covid-19, que se acerca a la normalidad a medida que pasan los meses. Llegaron CM Punk y Bryan Danielson, Adam Cole se unió al bando de la élite con ReDragon (Kyle O’Reilly y Bobby Fish) y un buen número de ex hombres de WWE firmaron tras ser despedidos. Y la promesa Daniel Garcia, y el enigmático Danhausen, y el regreso de Pentagon Dark (ahora Penta Oscuro), y el debut de HOOK

Grandes nombres, grandes momentos y un leitmotiv: el wrestling profesional y las historias a fuego lento por encima de todo. Un total acierto por parte de Tony Khan que está dando sus frutos semana a semana.

No todo se reduce a la parte masculina, puesto que en la división femenina han conseguido la experiencia suficiente –tanto en pantalla como en el ring– y una plantilla envidiable a base de feudos interesantes y combates sobresalientes. Por mencionar algunos, la serie de encuentros entre Hikaru Shida y Serena Deeb, el sangriento The Bunny y Penelope Ford contra TayJay y uno de los mejores enfrentamientos de AEW, el Lights Out Match de Thunder Rosa y Britt Baker.

La doctora logró su ansiada presea tras demostrar que no necesitaba estar sobre el cuadrilátero para atraer miradas y lo ha mantenido hasta ahora. La que por entonces era una debutante verde pero con un físico único, Jade Cargill, ha externalizado el color –«soy verde como el dinero»– y ha hecho de su unión con Mark Sterling un negocio en ascenso. Y como prueba, el Campeonato TBS.

Asimismo, la variación más notable respecto a lo que se tenía en mente en los primeros programas ha sido el abandono de la idea de las joshis como atractivo principal. Solo se mantienen las excampeonas Hikaru Shida y Riho como rostros visibles, ya que Emi Sakura y Yuka Sakazaki apenas han tenido apariciones televisivas. Preocupa sobre todo por la veterana fundadora de Ice Ribbon, ya que se mudó a Estados Unidos para continuar su carrera allí y solo ha tenido choques en AEW Dark y Dark: Elevation en los últimos meses.

La definición actual de la división está más centrada en la historia que en el cuadrilátero, con vídeos, entrevistas y segmentos donde un personaje es igual o más importante que la calidad en las doce cuerdas. El coronavirus sigue presente en todo el mundo y los estados relajan sus medidas a diferente ritmo, por lo que una vez Japón abra sus fronteras sin requisitos adicionales, el plan puede volver a activarse.

Sin embargo, el ascenso boyante de una federación que está cerca de cumplir su tercer aniversario no hace justicia a las luchadoras bajo contrato. El espacio para la división femenina en la televisión estadounidense es el mismo, y a pesar de la esperanza que supone tener a Serena Deeb en un reto abierto de cinco minutos, de ilusiones no vive nadie.

Sucedió con el fin del reinado de la japonesa Hikaru Shida, con la contratación de Ruby Soho, con el éxito de los feudos, con el Campeonato TBS en circulación… antecedentes suficientes para servir como motores de cambio. Y aun así, con dos show semanales con tres horas de programación, Tony Khan no parece estar dispuesto a ceder el terreno que ocupa la otra mitad del vestuario.

En la cabeza del aficionado ronda la duda de si será la presumible victoria de Thunder Rosa en AEW Revolution o la lucha donde Jade Cargill salga derrotada por su título secundario –una incógnita real– los acontecimientos que lleven a la evolución natural de la división. Siempre sustituido por el siguiente una vez el sueño se convierte en realidad.

All Elite Wrestling debe apostar por el wrestling femenino a la altura de lo que han crecido en el lapso de un año para que sigan mejorando aún más, lo que atraería más miradas, más audiencia, más asientos ocupados y, en definitiva, más dinero. Igual que se confió en Britt Baker por su gran papel o en Kenny Omega para encauzar a estas mujeres, debe sacrificarse un hueco los miércoles o los viernes para que sea de al menos de dos combates la representación total. Tiene las herramientas para tener una o varias luchadoras que trasciendan más allá de los límites de la empresa.

Solo hay que ofrecer una oportunidad para que sean cabezas visibles como lo son Deonna Purrazzo y Mickie James en Impact Wrestling o Bianca Belair y Becky Lynch en WWE, y la solución pasa por ajustar la cartelera. Porque ninguna, ni siquiera la doctora o la mexicana, está a la misma que sus compañeros hombres de la zona alta.

El tiempo en televisión para el talento femenino es la asignatura pendiente de Tony Khan en este tercer año. De cumplirlo, estaríamos ante una compañía, esa que llegó para romper moldes y cuestionar el paradigma, al son de la corriente actual en la industria. Una cuestión de ofrecer la guinda a una división ya de por sí respetada.


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