Hangman Page – Noche de Perros.
“¡Tú no me ganaste!” gritaba el vaquero millenial ansioso, mientras los recuerdos y las inseguridades volvían a su cabeza. Inseguridades con las que ha batallado desde comienzos de su carrera, cuando nadie daba una moneda por él, cuando todos decían que iba a morir en el primer duelo. Todos aquellos que cerraron la boca cuando el vaquero millenial ansioso se armó de valor y con la ayuda de un par de balas, logró sobreponerse a aquellos que dudaron de él.
“¡No me ganaste! ¡No me ganaste!” vociferaba el pobre hombre colgado cuando las cartas del destino no le dieron la lectura que él quería escuchar, sorprendido por una tendencia que se ha repetido a lo largo de su vida y que parece un chiste malo. Y mientras su verdugo sonríe, al ver que ha dañado a un hombre que solamente necesitaba una excusa para estallar, el vaquero se retira con su arma en el suelo, y escapando del castigo que se ha traído a sí mismo, desaparece entre la multitud.
La multitud que a él lo ha rechazado. La multitud que él cargaba con honor y orgullo, pero que con el paso del tiempo se ha negado (sea por preferencia o por estar condicionados a hacerlo) a siquiera reconocer su trabajo. Toda la sangre, las lágrimas, el sudor que ha dejado por ellos. La gloria, el oro que se ha encargado de corromperlo hasta el punto de quiebre. La amistad, el amor que fue capaz de recuperar en una ocasión milagrosa. La sensación de la victoria, y lo más amargo de la derrota.
La pertenencia, y lo más vil del abandono. Todo lo que lo construye y lo que lo ha vivido destruyendo desde el comienzo de su cruzada. Todo por lo que ha luchado, pero que nunca ha luchado por él. Todo lo que el representó, que ahora es un mero recuerdo de una época lejana. Lo podés llamar un cambio de paradigma, lo podés llamar un shock en el sistema, o una simple limpieza de lo que se ha percibido como dañino según un individuo sin voz ni voto en la actualidad, pero una cosa es cierta: él tuvo que haber sido un héroe, y por alguna razón no lo fue.
Desde hace 2 años vengo discutiendo a muerte la importancia de «Hangman» Adam Page en la lucha libre actual. Puedes ver en el archivo de cosas que he escrito sobre lucha libre fuera de este gran sitio la cantidad de veces que he defendido al que alguna vez consideré el mejor babyface en la industria. Mi salto a la pseudo-prominencia en la comunidad de lucha libre comenzó con un hilo de Hangman, hablando de su reinado como Campeón de AEW y por qué era mucho mejor de lo que habíamos pensado. Desde 2022 vengo militando a Page como el pilar de la compañía, y si me conoces bien sabes que tener que escribir esto por tercera vez no es de mi agrado, pero nos encontramos en el predicamento más interesante imaginable.
Hangman está a un paso de ser heel. Se siente en el aire, se nota más que nunca, y esta vez no hay algo que realmente pueda hacerme pensar que no. He tenido el infortunio de poder predecir qué ha pasado con The Elite en la compañía: sin ir más lejos, he sido muy crítica del recibimiento de los fanáticos hacia y con Kenny Omega desde que regresó de su lesión. Por eso mismo, me permito decir que por primera vez Hangman puede ser heel. Y las implicaciones que tiene eso son masivas, porque estamos hablando del protagonista de la empresa. Y no quiero discutir lo que pienso de Hangman, principalmente porque desde antes de que siquiera exista AEW los Young Bucks siempre lo vieron como el tipo en el que podías construir una empresa alrededor. Esta es la primera vez que el protagonista de la empresa se encuentra en la necesidad de volverse heel.
«Sabia que podías construir una compañía alrededor de un luchador como él. Su predisposición fue lo que lo hizo tan valioso, y sabia que el podía ser la estrella mas grande entre cualquiera de nosotros.»
Matt Jackson, «Killing the Business»
En 2020, Hangman pudo ser heel tranquilamente, pero su personaje no lo requería ni de casualidad, ya que su camino tenía que ser el del héroe en contra de Omega, no solo para coronarse como campeón, si no para salvar a su compañero y en ese momento enemigo de la misma maldición que venía a perseguirlo de nuevo, porque si ambos eran un espejo de cada uno, era más que adecuado que el pasado los persiga en la misma medida, recordándole a Kenny que tenia esqueletos en el armario que guardar, y que estaban siendo personificados por el luchador que había adoptado todo lo que alguna vez el decidió abandonar.
«Después de que termine este PPV, ¿seré capaz de tomar esta historia y colocarla entre mis favoritas? ¿Podre colgar la historia de Hangman en un pedestal junto a la de Ibushi?
Kenny Omega, 12 de noviembre, 2021.
En 2022, Hangman pudo ser heel tranquilamente, pero su rol como protagonista, especialmente en una crisis gigantesca de identidad y de drama en bambalinas, fue primordial para que AEW se mantuviera en pie. En 2023, Hangman fue la razón principal por la que The Elite se juntó y se pudo enfrentar al Blackpool Combat Club, desencadenando no solamente en la reunión del equipo si no en el debut de Ibushi y el retorno de la Golden Elite. Pero en 2024, no hay nada que Hangman tenga que hacer ni nadie a quien pueda recurrir. Y yo quería encontrar el momento exacto para hablar de la historia de Hangman y Swerve Strickland, porque hay muchas más implicaciones en esto que solamente un choque entre las mayores estrellas de AEW.
Swerve no va por el puesto de Hangman, si no por todo lo que representa eso. Con las lesiones de Omega y Kota Ibushi, el regreso de los Young Bucks como unos sociópatas, y el cambio de guardia en la compañía, Hangman está completamente solo. Swerve por el otro lado está subiendo como la espuma, tiene al público de su lado y está acompañado por la Mogul Embassy y Prince Nana. Strickland, aun siendo el “heel” de esta rivalidad es aquel que más apoyado es por el público, y quiero que por un segundo omitamos el hecho de que Swerve tiene que ser campeón en 2024.
Si analizamos su historia, Hangman tiene todo el derecho del mundo a querer arrancarle la cabeza a Strickland. Después de todo, este último se metió en su casa, puso en peligro a su familia, y se encargó de jugar sistemáticamente con la cabeza del vaquero. Con todo esto encima, Swerve se encargó de derrotar a Hangman dos veces. Tal fue la humillación recibida a manos de Strickland que Page no encontraba calma alguna con el hecho de que había sido quitado del mapa de esa manera, pero lo que realmente quemaba por dentro a Hangman es el hecho de que su misma gente se le puso en su contra. En su primer lucha en WrestleDream, AEW estaba en Seattle, la casa de Swerve. En Full Gear, Swerve entró como el favorito del público, y se fue con muchísimo más apoyo que Hangman. El mismo Swerve que le puso una remera de la Mogul Embassy al hijo de Page.
Y aún con todo lo malo que hizo y por todo lo que se le puede cuestionar, la gente lo apoya. Hangman no es extraño a tener que enfrentar a un rival que es más apoyado que él, independientemente de lo moral de ello. Lo divertido de discutir la moralidad en la lucha libre es darte cuenta que nadie realmente lo es, pero el problema principal de Hangman en esta historia es que durante 2 años he escuchando una narrativa de que él no es una estrella, y que no es la gran cosa, cuando por 4 años ha sido uno de los luchadores más valiosos de la compañía, y ha sentado base de lo que se espera que se entregue en AEW. Él es uno de los luchadores, si no el luchador que mejor representa al concepto de una alternativa, porque su carrera es una en todo sentido.
En 2018, y con el Bullet Club, Hangman no actuaba al 100% como un heel, porque su historia no se lo permite, y porque aún con toda la fachada del grupo, héroes legítimos como Hiroshi Tanahashi podían ver quién era realmente. En 2020, Hangman se volvió uno de los luchadores más importantes de AEW por ser diferente, y con el tiempo nos dimos cuenta que era cierto. En 2021 su camino a la gloria comenzó desde lo más bajo, con una depresión y una adicción que lo carcomía por dentro. El mensaje de su historia no era solamente ganar, sino aprender a tener confianza en sí mismo e imponerse en frente del destino cruel que le había jugado una mala pasada.
En 2022 su reinado como campeón mundial fue criticado por no ser dominante, pero lo que estaba pasando era que Page estaba perdiendo su identidad individual en la búsqueda por ser un “Fighting Champion”. Lucha tras lucha, lo que había convertido a Hangman en un gran luchador y una gran persona se desvanecía y lo corrompía. En ese reinado, la historia más prominente fue aquella que tuvo cuando comenzó, con un Bryan Danielson que afirmaba que Hangman era un campeón inseguro, alguien que no tenía madera de campeón. Pero hasta en eso Page fue una alternativa, porque su historia como campeón solo fue un capítulo para la construcción de su personaje en el futuro, porque apenas perdió el campeonato contra CM Punk, Page fue a una rivalidad con Jon Moxley donde dejó escritas las palabras que tanto lo iban a perseguir:
«Así que no soy el mismo. Estoy enojado, estoy frustrado, no puedo dormir en las noches, tengo ansiedad, tengo depresión, las pastillas no funcionan pero sigo aquí porque soy un hombre.”
«Hangman» Adam Page, 12 de octubre, 2022.
Y volver a eso en 2024 es agridulce porque vemos que aún si Hangman siguió luchando, la batalla que tenía dentro suyo era mucho más grande. Y ahora todo lo que se había guardado y que estalló esa noche se está filtrando por todos lados. Estamos viendo un lado agresivo de Hangman, estamos viendo a un hombre colapsar en tiempo real, y es tan injusto porque él tiene todo para ser un héroe: Para ser el héroe de la gente como él. De la gente complicada, de aquellos que no la pasan bien pero siguen en pie porque la vida ya de por sí es una basura. Pero la industria no lo quiso. La industria se encargó de desprestigiar a Hangman una y otra vez, y las que eran puramente habladurías de un mundo podrido lograron infiltrarse en el carácter de Hangman.
De hecho, la historia trágica de Hangman puede ser mucho más compleja de lo que ya es si volvemos al momento donde este último bebió la sangre de Swerve. Desde ese momento específico, esta historia tomó un giro más personal que el que ya tenía. Los tintes homoeróticos (que sí, existen) solamente esconden el hecho de que el vínculo de Page y Strickland ya no es solamente una simple disputa. Ambos se sacaron algo que nunca van a recuperar, pero que inevitablemente los va a unir al otro. Si Swerve le iba a sacar el lugar a Hangman, tenía que estar preparado para cargar con la maldición que trae su nombre y específicamente su sangre, que ahora funciona como un hilo rojo que los conecta y los hace seguir luchando, incluso llegando a copiar al otro. Porque si, Swerve no hizo el Buckshot Lariat solo porque se vio bonito, y Page no se rio como psicópata porque podía. Ambos están tomando rasgos característicos del otro, y su historia esta yendo cada vez mas allá.
Ahora, Page enfrenta su mayor batalla de nuevo, que es en contra de él mismo. De cómo piensa, de cómo actúa impulsivamente, de como siempre está tan cerca de colapsar y caer en el mismo círculo vicioso que persigue a cada miembro de The Elite. Y por supuesto, la degradación de Hangman comienza y termina con todo lo que representa el Campeonato Mundial de AEW para él. Es una ironía gigantesca pero no sorprendente el hecho de que Page está replicando paso por paso el camino de Omega hacia la cima en 2020 y 2021, incluso copiando su horrible bigote, con todo lo que eso implica.
Swerve es solamente el catalizador, pero que eso no le quite mérito al trabajo increíble que ha hecho el año pasado y este. Creo que no hay villano más marcado y psicótico que Swerve cuando se encuentra con Page, porque ambos ya tienen una relación enfermiza, y comparten la misma sangre maldita. Sangre que ha sido derramada una y otra vez por un vaquero que en el afán de ser el héroe de la gente se olvidó de ser un héroe para él mismo. Ahora, lo que sigue para Page es un secreto muy mal guardado, porque según las palabras de ciertos amantes dorados: hay que aprender del pasado para entender el futuro, y si el pasado es lo que persigue a los hombres colgados, es solo cuestión de tiempo para que Page vuelva a su miseria. Después de todo, volvió a tomar cerveza.
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