El ‘estupendo’ WrestleMania 38

El magno evento que se celebrará este sábado y domingo en Dallas, Texas, deja mucho que desear, con los títulos secundarios sin defender y con una apuesta clara por el público mainstream (más que nunca) sobre el aficionado más fiel. Este año, sin lugar a duda, la relevancia de la WrestleMania Weekend la aportan los shows satelitales

El 'estupendo' WrestleMania 38

WrestleMania 38 se ha presentado este año con una retahíla de adjetivos: sorprendente, asombroso, maravilloso, alucinante, fenomenal, impresionante, bárbaro, magnífico, fabuloso, fantástico, tremendo, magnífico, monumental, flipante, terrible, radical, colosal, dinamita, pasmoso, estupendo. Ni Lady Gaga se atrevía con una lista tan larga como la ofrecida por Pat McAfee. Pero de tanto presumir se olvidaron de construir un Road To WM que deja mucho que desear. En definitiva, una publicidad engañosa que no representa ni representará en absoluto lo que se intenta vender.

Tal vez en el plano del evento principal de la noche 2 lo sea. Roman Reigns versus Brock Lesnar por ambos campeonatos principales de WWE, Winner Takes All con la unificación en juego. Una gran apuesta con mucho riesgo, que podría resumirse en hogazas para hoy y hambruna para mañana. Establecer al ‘Tribal Chief’ o al final boss de Minnesota por encima del resto de la plantilla, como el señor supremo de Raw y SmackDown, en un momento en el que no está llegando nadie desde abajo para afrontar el reto, solo produce un refuerzo del techo de cristal que ya ha supuesto la construcción de esta lucha de titanes.

Big E y Bobby Lashley han terminado muy devaluados con el paso de los meses en pro de una rivalidad de más de un lustro, que ha modificado el resto de la cartelera por continuar por las sendas que los guionistas se veían obligados a cruzar por los contratiempos. La baja de Roman Reigns por Covid provocó que Brock Lesnar arrebatara el Campeonato de WWE al miembro de New Day en Day 1, desaparecido desde entonces de la escena titular –ahora de baja por una lesión en el cuello–.

‘The All Mighty’ corrió peor suerte, ya que tras beneficiarse de lo que parecía el reencauzamiento de la historia con la recuperación de Reigns y el cambio titular, Lesnar entró en la Elimination Chamber para barrer y recuperar lo que era suyo en tierras saudíes.

El único que puede plantar cara al futuro campeón absoluto es Drew McIntyre, pero su actual posición –en una rivalidad contra Happy Corbin y Madcap Moss en un año que ha pasado bastante desapercibido– pide a gritos algún tipo de refuerzo narrativo en los próximos meses. Si lo que revelan los live shows es real, Roman Reigns se alzaría con los dos cinturones y su primer rival sería el escocés en WrestleMania Backlash.

Por otro lado, el segundo nombre que surge es Seth ‘Freakin’ Rollins… o su futuro rival en WrestleMania 38. Su búsqueda de un combate ha funcionado, aunque la suerte no corre de su lado con el ataque a un leprechaun en el Día de San Patricio. Aunque ya está todo bastante claro, alguno todavía ha caído en el humo y los espejos por la desconfianza hacia la empresa.

Cody Rhodes se presentará este sábado de la mano de Vince McMahon, en lo que supone su regreso triunfal a una WWE necesitada de grandes estrellas. De no serlo, sería la mayor decepción del fin de semana. ¿Será otro contendiente para Reigns/Lesnar? El motivo de su vuelta es convertirse en el primer Rhodes en poseer el campeonato pero, como siempre en el wrestling, los planes pueden cambiar.

El feudo que tiene un mayor atractivo es el Bianca Belair contra Becky Lynch. Con toda seguridad, segunda vez consecutiva que la ‘EST of WWE’ se corona en el magno evento, en un enfrentamiento en el que su preciada trenza corre peligro. Por su bien y por el de su distintivo dentro del plantel, esperemos que no se convierta en una lucha de apuestas.

Las esperanzas de calidad luchística se posicionan sobre el ya mencionado Seth ‘Freakin’ Rollins vs ¿? y en el combate de ensueño de Edge y AJ Styles. En menor medida, la triple amenaza por los campeonatos por parejas de Raw puede ofrecer cierto gusto en el paladar, aunque está por ver.

La cara amarga y esa búsqueda del espectador mainstream lo ponen la participación de la estrella de Jackass Johnny Knoxville y el youtuber Logan Paul. El disfrute será mayor con un famoso habituado a los retos más estrafalarios, sin miedo a lo que Sami Zayn le pueda plantear sobre las doce cuerdas. En cambio, el mayor de los hermanos Paul estará oculto en una batalla por parejas que Rey Mysterio y The Miz se encargarán de coordinar. Dos intentos de captar miradas en dos noches sin grandes alicientes.

El regreso de Ronda Rousey sin el aura que la caracterizaba y con más uso del micrófono que nunca –destapando al mundo sus carencias durante largos minutos– no recuerda a aquella trifulca que tuvo con su némesis en el magno evento Charlotte Flair hace cuatro años en Survivor Series. El resto de la cartelera tampoco da mucha confianza: Omos debe sobresalir como nunca ante Bobby Lashley, Pat McAfee encontrar su versión ‘TakeOver’ ante Austin Theory, dos combates por parejas sin mucho que decirse y esperar de un resultado favorable para todos los que han apoyado el equipo de Rhea Ripley y Liv Morgan.

En cambio, la grandeza de WrestleMania lo aportan esos shows satelitales que rondarán Dallas. Los ocho eventos de GCW –con la participación de Carlos Romo en Effy’s Big Gay Brunch–, la vuelta de Ring Of Honor con Supercard Of Honor, Impact Wrestling y su Multiverse Of Matches y los tres shows de WrestleCon –sirviendo de escaparate para los luchadores de AAA– ofrecerán más alegrías a los aficionados que se desplacen que lo que haga WWE. Incluso este sábado dentro de la compañía con la gran prueba para la renovada NXT 2.0 con NXT Stand & Deliver.

Es curioso que el último adjetivo que se me menciona sea estupendo en su traducción al castellano, una palabra muy por debajo de la escala de calificativos. Porque lo máximo que puede decirse de estas dos noches es que merecerán el cansancio del día siguiente. La decisión de dividir el magno evento a lo largo del fin de semana trae sus consecuencias, y la terquedad de WWE de no distribuir sus esfuerzos por toda la cartelera ha provocado que destaquen un par o dos de las catorce o quince luchas que habrá. Ni el regreso de ‘Stone Cold’ Steve Austin salvará a WrestleMania 38 del sabor agridulce que dejará. Espero equivocarme.


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