Cody Rhodes: de indeseable a indiscutible

El que fuera vicepresidente ejecutivo de AEW y la jefa de marca Brandi Rhodes han decidido rechazar la renovación por la empresa de Tony Khan y apostar, aparentemente, por un regreso a WWE. Durante seis años el ‘American Nightmare’ se ha dedicado a llamar la atención de Vince McMahon para que observara la transición de un midcarder más a un digno main eventer, sin salirse en ningún momento de su hoja de ruta

Tiene valor salir de tu propio proyecto, aquel en el que has trabajado tanto y del que tu visión se ha alejado. El vicepresidente ejecutivo Cody Rhodes y la jefa de marca Brandi Rhodes, ambos talentos en pantalla en diferentes roles, se despiden de All Elite Wrestling tras no llegar a un acuerdo económico con su dueño Tony Khan. Las diferencias de postura se basan en que el mandamás no ve a los dos activos al nivel que estaban en el momento de firma del primer contrato.

El ‘American Nightmare’ se ha dedicado desde entonces a ser un gran midcarder elevando a luchadores tras perder su puesto en lo alto de la cartelera; Brandi se alejó del ring y de las decisiones creativas de la división femenina porque no complacía a la audiencia. Estas situaciones hicieron que perdieran valor, por mucho que el trabajo altruista del primero y la reinvención de la segunda –sobre todo con el programa ‘A Shot of Brandi’– trajese éxito a la compañía. El valor monetario bajó, Tony Khan no estaba dispuesto a pagar lo que demandaban y la decisión de ambas partes fue la de no retomar las negociaciones y cerrar el capítulo que protagonizaron junto a Kenny Omega y los Young Bucks al establecer AEW como la segunda federación en Estados Unidos. En tres años, la china dentro del zapato –de momento– de WWE, semi monopolio en el mercado, con vistas a seguir creciendo a buen ritmo.

Cody Rhodes quiso ser como su padre, encargado de escribir sus propias historias y artífice del ascenso de ciertos luchadores. Pero igual que sucedió con Dusty, las decisiones eran polarizantes, gustaba igual que desagradaba. Los combates eran demasiado pasionales cuando el guion no lo marcaba, haciendo que los seguidores se desencantaran de su entrada especial y pomposa, con los aficionados pidiendo cada vez más un cambio a heel. En la previa de Full Gear 2021 se conoció que la empresa solo era dirigida creativamente, en su mayoría, por Tony Khan desde hace varios meses, con los vicepresidentes ejecutivos y el resto de los luchadores aportando ideas. Esto, unido a que los luchadores son dueños del rumbo de sus personajes con Khan teniendo la última palabra sin guionistas como intermediarios, provocó aún más el distanciamiento entre ambos directivos.

El empeño del ‘American Nightmare’ por seguir como face a pesar del rechazo del público y las desavenencias con el propietario de AEW fue más fuerte que aquel discurso después de All In 2018, donde revolucionario y comprometido señalaba al resto del Bullet Club –quienes ahora son The Elite y Hangman Page– como sus hermanos. Pero la esencia sigue intacta: la idea de apostar por uno mismo por encima de lo que digan los demás.

Tal vez pudo haber sido campeón mundial una vez MJF ostentara el título, cerrando esa bella historia de enemistad iniciada en los primeros eventos televisados. Tal vez pudo convertirse en el mejor heel que ha pisado la empresa al más puro estilo El Patriota de la serie ‘The Boys’ que tantos reclamaban. La historia que quería contar no era esa, y como dueño de su propio destino tomó la decisión de renunciar a su propio proyecto… ¿para volver a WWE?

Es la incógnita de todo este embrollo. Tantas indirectas, tantos puentes quemados tras su batalla por su apellido, ese trono destruido en Double Or Nothing 2019, la pala dorada y el mazo en el semanal… El único que puede pagar lo que demanda es Vince McMahon, y seguro que sabrá dejar a un lado la palabrería para estrechar la mano a uno de los activos más importantes de la compañía rival. Porque, de materializarse, será una victoria moral. WWE haría leña del árbol caído, daría a Cody Rhodes un suculento cheque y, aunque no le dará libertad creativa, puede darle voto en la dirección de su personaje. Su objetivo siempre ha sido honrar a su padre –sin dejar de ser original–, y si el legado de Dusty Rhodes puede brillar allí, lo hará. El ‘American Dream’ habría hecho lo mismo.

Porque a fin de cuentas son negocios. Porque su relación con sus  «hermanos» de The Elite/Bullet Club se enfrió hasta pasar a ser negocios. Porque esos dardos envenenados, esas pruebas de que estaba ahí y estaba al nivel, eran negocios. Negocios que le dicen a quien le concedió su liberación por diferencias creativas y de posición en la cartelera, sin importar la cuantía ni lo hecho por su padre, que tras seis años lejos de la que fue su hogar ahora vale más y es más relevante. El Cody Rhodes campeón mundial existe, se ha rehecho fuera y quiere demostrarlo sobre el cuadrilátero de WWE, como ya lo hizo Drew McIntyre.

Sin embargo, la salida del tres veces Campeón TNT solo se explica bajo la llegada de talento de mayor calibre –respecto al sueldo– a lo largo del año pasado. Bryan Danielson y CM Punk, un codiciado veterano y una leyenda para los nacidos en la última década del pasado siglo, están un escalón más arriba que él. Cada enfrentamiento que disputan es una fiesta y son dos de las caras más reconocibles en la industria al haber pasado por las mayores empresas –y atesorar una calidad innata para este espectáculo deportivo–. Ellos atraen más dinero que él, ocupan puestos más altos que él. Aunque su participación en el concurso ‘Go Big Show’ y el reality ‘Rhodes To The Top’ sobre su familia también atraigan miradas, no es suficiente para rivalizar con ellos.

El pequeño de los hermanos Rhodes puede despedirse con la satisfacción de haber hecho un gran trabajo aupando al talento. Contento por su labor con los pilares Sammy Guevara, Darby Allin y MJF y los talentos consagrados Malakai Black y Brodie Lee –tanto dentro como fuera del ring–. Por haber dado una alternativa televisiva que reúne a alrededor de un millón de personas cada semana sin descuidar el wrestling. Y, por supuesto, por haberse sacado la espina clavada con ese sangriento encuentro con su hermano Dustin Rhodes en Double Or Nothing 2019 que no pudo tener en el magno evento.

El dinero lo perdona todo si ambas partes salen ganando. En esta profesión tener un buen colchón económico es igual de importante que cuidar tu cuerpo. Ambos han ido con todo, a todo o nada, para causar una revolución en la generación actual. Se desconoce qué sucederá con Brandi Rhodes –según Sports Illustrated no está interesada en recalar en WWE; preferiría continuar su carrera como luchadora fuera–, si su marido cruzará la cortina con ‘Kingdom’ o ‘Smoke and Mirrors’, si aparecerá antes de WrestleMania 38 o en el show rojo al día siguiente. Lo que es seguro es que el Cody Rhodes que llegará, de ser los rumores ciertos, es muy diferente del que abandonó la compañía en 2016. De indeseable a innegable.

Cody Rhodes: de indeseado a indiscutible

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